Los EE.UU. necesitan una estrategia nacional sobre Inteligencia Artificial

La opinión de Brian Krzanich, CEO de Intel Corporation. "El crecimiento económico y el progreso social dependen de ello"

China, India, Japón, Francia y la Unión Europea están elaborando planes audaces para la inteligencia artificial (IA). Ven a la IA como un medio para el crecimiento económico y el progreso social. Mientras tanto, los EE.UU. disolvieron su grupo de trabajo de inteligencia artificial en 2016. Sin una estrategia propia de inteligencia artificial, el líder tecnológico mundial corre el riesgo de quedarse atrás.

El sector de tecnología de EE.UU. ha sido, durante mucho tiempo, un motor del crecimiento económico mundial. Desde la PC hasta Internet, los mayores avances de los últimos 50 años se generaron en los EE.UU. El enfoque único de este país para la regulación limitada combinada con asociaciones público-privadas crea un entorno para la innovación generalmente incomparable en el mundo libre. Una estrategia nacional de inteligencia artificial puede basarse en esta historia de liderazgo económico y tecnológico.

La inteligencia artificial es asombrosa en su potencial. Será más transformadora que la PC e Internet. Ya está lista para resolver algunos de nuestros mayores desafíos. Como ejemplos, la IA se ha utilizado para detectar y diagnosticar con mayor precisión el cáncer, tratar la depresión, mejorar el rendimiento de los cultivos, ahorrar energía, aumentar la eficiencia de la cadena de suministro y proteger nuestros sistemas financieros. Estos son éxitos notables para una tecnología tan joven.

Los Gobiernos pueden y deben ayudar a construir sobre estos éxitos. Una estrategia nacional para IA proporcionará los indicadores necesarios que permitan a la industria y la academia innovar. Cuando se conoce y comprende el entorno regulatorio, las empresas y los investigadores del Gobierno pueden maximizar su impacto persiguiendo los mismos objetivos.

En este contexto, también será importante abordar las preocupaciones sobre el impacto de IA en las personas. La privacidad, la ciberseguridad, la ética y el posible impacto en el empleo merecen un análisis cuidadoso. Los Gobiernos y la industria pueden y deben trabajar juntos para comprender mejor estas preocupaciones antes de que se promulgue una nueva regulación.

Como lo demuestran sus planes de IA, los Gobiernos de todo el mundo ven a IA como un catalizador para el crecimiento económico y un medio para mejorar las vidas de sus ciudadanos. Están priorizando la investigación y el desarrollo y el establecimiento de un ecosistema fuerte y diverso para llevar a cabo la IA.

El plan de China, por ejemplo, incluye objetivos mensurables y una dirección detallada en áreas específicas de enfoque. Esto está respaldado por importantes compromisos de financiamiento público-privado, así como por la alineación entre la industria y el gobierno en la dirección.

La estrategia de la UE proporciona una dirección deliberada para evitar la regulación al invertir en I+D. Ofrece un claro enfoque en una mayor inversión, la preparación para cambios socioeconómicos y la formación de un marco ético y legal. Japón, India, Francia y otros están adoptando estrategias similares.

La industria se ha asociado con muchos de estos gobiernos para desarrollar sus planes; estamos listos para trabajar con el Gobierno de EE.UU. de la misma manera. Un buen modelo de éxito es el sector de los semiconductores, donde la industria y el Gobierno de EE.UU. se asociaron a principios de la década de 1980 para construir el vasto ecosistema que hoy se considera la Estrella del Norte para el éxito tecnológico. IA puede ser el mayor motor económico de la historia. Los gobiernos pueden, y deberían, ayudar a que esto sea real.

Antes de la disolución, el Grupo de Trabajo de Investigación y Desarrollo de Inteligencia Artificial de EE.UU. definió siete objetivos estratégicos y dos recomendaciones específicas para IA. Este informe hizo un llamado al Gobierno para que desarrolle un plan más detallado de I+D en IA, y estudie la creación de una fuerza de trabajo de IA I+D. Estas recomendaciones pueden ser el punto de partida para una estrategia nacional definitiva de los EE.UU. para IA.

Esto no es un llamado para un enjambre de nuevas leyes y regulaciones. Más bien, una estrategia nacional de EE.UU. puede proporcionar la estructura que los investigadores y la industria deben seguir a medida que desarrollan la inteligencia artificial. Dicha dirección proporciona certeza operativa que disminuye el riesgo.

Por lo tanto, una estrategia nacional debe tener como objetivo fomentar la innovación en la industria y el mundo académico, y preparar a la sociedad para los cambios que se avecinan. También puede proporcionar claridad operativa que disminuye el riesgo comercial. Deben priorizarse dos áreas de enfoque: la financiación gubernamental de I+D para aumentar el gran trabajo que está realizando la industria y la disponibilidad de datos gubernamentales para que los innovadores los utilicen en el desarrollo de capacidades de inteligencia artificial. IA necesita datos para aprender, y hay formas de hacerlo sin comprometer la privacidad y la seguridad.

La inteligencia artificial es demasiado grande para que una compañía, o un país, se de cuenta sola. El potencial transformador de la IA se ha comparado con la electricidad y la máquina de vapor. Garantizar un rol para los EE.UU. en esta revolución global es fundamental no solo para el motor económico de EE.UU. sino también para el de todo el mundo.

Otros países ven esta oportunidad y ya están actuando en consecuencia. Es hora de que EE.UU. se una.

(*) Brian Krzanich: CEO de Intel Corporation