Investigadores discutirán la incidencia de la tecnología en la sociedad

Por Nayla Simone
Con motivo del Primer Congreso Argentino de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología organizado por el Instituto de Estudios sobre Ciencia y Tecnología de la Universidad de Quilmes, y el Centro de Estudios de Historia de la Ciencia y la Técnica "José Babini" de la Universidad de San Martín, Canal AR dialogó con los investigadores Diego Aguiar y Hernan Thomas

El 5 y 6 de julio, en la Universidad Nacional de Quilmes, se llevará a cabo el Primer Congreso Argentino de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología. El objetivo ronda en lograr generar un espacio de intercambio local entre diferentes grupos de investigadores pertenecientes a diversas disciplinas, enfoques y objetos de análisis, vinculados con la problemática social de la Ciencia y la tecnología. Por otra parte, el Instituto de Estudios sobre ciencia y Tecnología de la Universidad de Quilmes, y el Centro de Estudios de Historia de la Ciencia y la Técnica “José Babini” de la Universidad de San Martín, organizadores del evento, también pretenden estimular las actividades de cooperación, reflexionar acerca de la relevancia social de los temas de análisis predominantes en el campo y disparar la formación de redes de investigación e institutos.

Hoy la ciencia y la tecnología han adquirido una centralidad clave para el desarrollo económico y el bienestar social. Por ese motivo, su presencia en las políticas pública, en los medios de comunicación y en las manifestaciones de la demanda de la sociedad es cada vez más visible y compromete en forma creciente las respuestas de los científicos y tecnólogos. Los estudios sociales deben contribuir a reflexionar sobre el papel, las características, las armonías y conflictos, la viabilidad y los obstáculos de este proceso de relación de la ciencia y la tecnología con la sociedad. Canal AR dialogó con los investigadores Diego Aguiar y Hernan Thomas, del Instituto de Estudios sobre Ciencia y Tecnología de la Universidad de Quilmes.

- ¿Por qué se planteo la idea de organizar un congreso de estas características?

- Thomas: Vimos que si bien hay mucho movimiento a nivel latinoamericano, faltaba algo a nivel local. Pero tenemos una amplia red de relaciones por medio del Instituto.

- Aguiar: Si bien es el primero, la idea no es que sea una experiencia aislada, sino que intentaremos periodizar el congreso en un encuentro cada dos años, y conectarlo con los que se vienen haciendo a nivel latinoamericano. Vamos a intentar generar también una red de investigadores vinculados a la temática. El lujo que no nos podemos dar es estar aislados. Sabemos que hay grupos por muchos lugares, y la idea es encontrarnos un poco más. También tenemos pensado sacar un libro con las principales investigaciones que se presenten y enviarlas a las revistas especializadas.

- ¿Cuál es el objetivo que alimenta a los estudios sociales de ciencia y técnica?

- Thomas: El campo de los estudios sociales no es un campo netamente académico. En general, la gente que participa tiene fuertes preocupaciones políticas. El campo no fue desarrollado netamente por cientistas sociales. Son tipos de ciencias duras preocupados por el desarrollo científico y tecnológico de los países subdesarrollados, y de esa preocupación vocacional ideológica aparecieron muchos artículos y libros de la temática en los 70, que en la dictadura se perdieron. La idea es generar alguna forma de agregación social que permita empezar a discutir seriamente este tipo de políticas.

- ¿Cómo se financia el Instituto de Estudios sobre Ciencia y Tecnología de la Universidad de Quilmes?

- Thomas: Vive del mantenimiento de la Universidad. Trabajamos con becarios junior y montamos proyectos en los que estos investigadores trabajan junto a nosotros, que somos los coordinadores. Somos aproximadamente 45 personas en total. Para financiar estos estudios, contamos con fondos de investigación de la Universidad y, fundamentalmente, con fondos públicos e internacionales.

- ¿Cómo consideran que se orientan hoy los fondos desde la Secretaría de Ciencia, Técnica e Innovación Productiva para la investigación local?

- Thomas: Ese es un problema gordísimo. Primero porque la historia de la Secretaría es una historia problemática. Estuvo colgada del Ministerio de Educación, de Presidencia de la Nación directamente, y si uno analiza qué incidencia tuvo sobre el funcionamiento de las instituciones de ciencia y tecnología del país, como INTA, INTI y CONICET, la Secretaría tiene problemas serios para coordinar estas instituciones porque se autogobiernan, y coordinan algunas cuestiones con las instituciones que las financian. Entonces, su capacidad de gobernar es muy escasa. Lo que habría que plantearse es toda una reconfiguración del aparato público de Ciencia y Tecnología, sobre todo si la intención es conectarlo con la producción. Históricamente, lo que sucede en Argentina es que los investigadores se preocuparon más por qué investigaban que por para qué servían esas investigaciones, sin ser ofensivo con nadie.

- ¿Y hoy existe una mayor conexión entre investigadores y el sector productivo?

- Thomas: Muy poca. Por un lado, los investigadores en general, nos preocupamos muy poco por cuál es el destino final de lo que producimos en términos de conocimiento útil para resolver problemas. Los conocimientos que generamos se terminan muriendo en una biblioteca o en cajón. Por otro lado, los sectores industriales y las oficinas publicas de este país, no usan el conocimiento generado en las universidades. El problema ronda en que la oferta es inadecuada y la demanda inexistente. Y en la práctica, hay un problema más grave todavía, y es que no existe interacción. Si los actores interactuaran entre sí, si se conocieran, si tuvieran algún nivel de lenguaje común, sería diferente. Hasta que ese acercamiento no se genere, es ilusorio pensar en que se va a mejorar la demanda. Las iniciativas de investigación y producción de la Secretaría de Ciencia y Técnica son impotentes para generar una dinámica. En la práctica falta el puente para que los investigadores se junten con las empresas e investiguen.

- ¿Cómo ves el futuro del desarrollo tecnológico en Argentina?

- Thomas: La realidad es que creo que en el país el sistema de desarrollo tecnológico local no entró todavía en la agenda totalmente, y es una condición de supervivencia muy clara. Si Argentina no lo hace, desaparece. Mi esperanza va de la mano con crisis. Si este tema no pasa a ser prioritario, la crisis nos va a reventar a todos. Por vía pesimista, uno termina teniendo un poco de optimismo.


Más información: www.unq.edu.ar.