Lecciones de la wikifiltración

El profesor Martín Becerra, docente de la Universidad Nacional de Quilmes, analiza como el cablegate puso en duda varias nociones sobre la transformación del periodismo

En el número 21 de la revista El Estadista, el profesor Martín Becerra, docente de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), analiza cómo la filtración de más de 250 mil cables del Departamento de Estado norteamericano por parte de WikiLeaks puso en tela de juicio varias nociones sobre la transformación del periodismo, que gozaron de amplia legitimidad al finalizar la primera década del siglo XXI.

En primer lugar, el académico sostuvo que la profecía sobre la muerte del periodismo analógico, “estructurado por la edición de noticias en diarios luego amplificadas por radio e instaladas como imágenes por la televisión, está lejos de cumplirse”. A su entender, el mundo digital tuvo que nutrirse “de la credibilidad y el oficio editorial” de cinco medios reconocidos medios gráficos para alcanzar un verdadero impacto.

“En lugar de reemplazo tecnológico, fue la colaboración entre Internet como sinónimo de la velocidad y de manejo de gigantescos volúmenes de datos, y los viejos medios, con sus competencias editoras y sus rutinas secuenciales, lo que se conjugó como estrategia de alto impacto”, explicó Becerra.

A su vez, tiró abajo el mito del “sitio Web autogestivo” como alternativa al dominio de los grandes medios, fabricantes de la agenda pública. A su entender, la alianza con las corporaciones periodísticas se tradujo en un costo a nivel de independencia editorial, que quedó reflejado en la selección de calves en los primeros diez días por parte del diario español El País, perteneciente al Grupo Prisa.

En este sentido, recalcó que “la colaboración entre la flexibilidad que aportan nuevos actores del ecosistema informacional, como algunos portales, y la construcción de agenda que realizan los medios concentrados tradicionales, fue una de las claves del impacto obtenido”.

Otro punto que destacó el docente de la UNQ es que las megafiltraciones ayudaron a comprender la relación circular que existe entre medios de comunicación y política: “la diplomacia norteamericana se sirve de la publicación noticias como fuente noticiosa, y a su vez constituye una de las más calificadas fuentes del periodismo”. Y agregó que los roles se alternan y confunden, ya que todos los actores involucrados (medios, políticos y diplomáticos) pueden ser fuente y recolector de información indistintamente”.

Además, cuestionó que el hecho represente la fragilidad en la coraza de seguridad: “El caso admite también otra perspectiva: confirma que Estados Unidos posee un aparato de inteligencia de alcance planetario que irriga con datos, estratégicos y superficiales, su sistema de toma de decisiones".

"Es una advertencia y un correctivo interno acerca del control de datos del Departamento de Estado, pero también un disciplinador externo, pues las elites dirigentes del mundo son ahora más consientes sobre el conocimiento que la principal potencia planetaria posee sobre sus cuentas bancarias, sus planes de gobierno, sus opiniones y sus preferencias amatorias”, sostuvo.

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Más información: mbecerra.blog.unq.edu.ar, www.unq.edu.ar.