El Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030 a un paso de convertirse en Ley

La comisión parlamentaria aprobó el pase para su tratamiento en la Cámara de Diputados. "Tenemos que trabajar en políticas de Estado, como lo estamos haciendo hoy, para convertir al conocimiento en el motor del progreso argentino", dijo Facundo Manes

Ayer, durante un nuevo encuentro parlamentario de la comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Cámara baja se abordó el proyecto de ley "Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030", y se aprobó el pase para su tratamiento en la Cámara de Diputados con 17 votos a favor y ninguno en contra. D esta manera, el proyecto será tratado en una sesión especial prevista en para el próximo miércoles 13 de septiembre. De aprobarse en ese encuentro, sería convertido en Ley.

La Cámara de Senadores aprobó el Proyecto de Ley en octubre de 2022, y lo envió a Diputados para convertirlo en ley (ver también El Senado aprobó el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030. Sus 10 desafíos). Fueron 58 votos a favor y solamente 1 en contra. Esta Ley define, organiza y comunica el conjunto de políticas, estrategias e instrumentos para todos los actores y agentes públicos y privados que integran el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI).

Facundo  Manes
Facundo Manes, durante el encuentro parlamentario de la comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Cámara baja

El Estado y el sector privado


Durante la sesión, el presidente de la comisión, Facundo Manes, manifestó en su discurso que "son los Estados los que promueven la investigación, planifican y llevan adelante las políticas científicas de desarrollo tecnológico, acá y en cualquier país del mundo. Hoy la participación del sector privado en investigación y desarrollo en Argentina es poco, de un 20 a un 25%. Esto debe aumentar gradualmente, hasta alcanzar un 50% del sector privado y un 50% del Estado. Y luego un 75% del sector privado y un 25% del Estado, como lo hace Australia, por ejemplo. Pero el Estado siempre impulsó la investigación científica, y luego le dio incentivos al sector privado para que tome la posta. Preservar y apoyar a nuestros científicos no representa un gasto sino la inversión más valiosa que puede realizar un país. Y se lo digo a todos los científicos en este momento que parece increíble defenderlos. Un país que descuida la investigación científica se debilita y rezaga".

"La inversión en ciencia y tecnología e innovación para generar nuevas ideas y traducirlas en mejores productos y servicios para la sociedad no es un lujo de los países ricos y desarrollados, sino que cualquier país que pretenda desarrollarse y mejorar sus condiciones de bienestar debe hacer lo propio para escalar en competitividad. La ciencia construye su conocimiento sobre conocimiento previo, y la política algunas veces debe aprender de esto. Si se hace bien no importa qué partido político lo promueva, debe apoyarlo. Ojalá esta comisión pueda hacer un mínimo ejemplo", agregó Manes.

La brecha tecnológica argentina


"Tenemos que trabajar en políticas de Estado, como lo estamos haciendo hoy, para convertir al conocimiento en el motor del progreso argentino. Debemos trabajar entre todos para fortalecer nuestro sistema institucional y generar instituciones intermedias que acoplen al sistema científico al sistema productivo. Esto es lo que falta en Argentina. No le podemos pedir al científico que sea emprendedor. Algunos lo son, es mi caso, soy científico y emprendedor. Pero en los países que se desarrollaron hay puentes masivos que conectan el conocimiento que generan los científicos con el sector productivo. Y esta es la clave del desarrollo", continuó Manes.

"Esa es la economía del siglo 21. Y Argentina, tenemos que reconocerlo, ha estado históricamente atrasado en este sentido. Nuestro ritmo de avance tecnológico ha sido mucho más lento que los países desarrollados. Por eso no nos desarrollamos, entre otras cosas. Y esta brecha tecnológica, que crece año a año, es la causa más profunda de nuestro déficit permanente y de nuestra pobreza creciente. Y si no abordamos esto, no habrá política distributiva que sirva. Solo vamos a desperdiciar nuestro tiempo, energía, y seguiremos administrando pobreza y discutiendo el subdesarrollo sustentable. Que existe un plan de Ciencia aprobado por la mayoría política, aunque sea imperfecto, es algo muy positivo para reducir el individualismo, las arbitrariedades, la dispersión, y aunar acciones comunes en una sola dirección, el desarrollo inclusivo y la prosperidad para todos los argentinos. Es mejor tener un plan perfectible, que no tener un plan. Lo pienso para la ciencia, pero lo pienso para la Argentina.