Intel opinó sobre el plan de Negroponte

Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información; el programa Mi PC; el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y algunas reflexiones sobre el proyecto de Nicholas Negroponte, One Laptop per Child, son algunos de los temas tratados en esta entrevista con Rodrigo Sandoval, gerente de ventas de Intel Latinoamérica

- ¿Cuál es tu evaluación de lo ocurrido en Túnez, durante la segunda fase de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información? ¿Se cumplieron los objetivos planeados?

- Es muy difícil y peligroso tratar de evaluar ese tipo de eventos, pero sí creo que es un vehículo en donde se puede decidir e influenciar una serie de políticas que impactan en la adopción de tecnología de una manera efectiva. Es necesario que los conceptos no sean tan generales, como por ejemplo, estimar que vaya a crearse una PC que alcance al 80% de la población que no tiene poder adquisitivo. Eso hay que llevarlo a la práctica y ver cuáles son las implicaciones económicas reales que generan este tipo de dispositivos. Como definición de un marco estratégico, sí creemos que tiene una solución y por eso participamos de una manera activa. Pero creemos que se debe complementar con las experiencias específicas.

- Por lo tanto, ¿considerás que la iniciativa de Nicholas Negroponte no tendrá el resultado esperado, que no es un buen plan para reducir la brecha digital?

- Ese tipo de planteamientos todavía están en el concepto. La viabilidad económica del proyecto no está demostrada. Y nosotros creemos que la solución no es planear un equipo que para que sea accesible deba limitar sus posibilidades. Nos parece una experiencia limitada e incompleta. Nosotros tenemos una visión que promueve la distribución agresiva de Banda Ancha. Esto quiere decir que el usuario debe ser capaz de tener acceso a contenidos multimedia. La historia de los últimos 5 o 7 años está plagada de intentos fallidos de entregar equipos recortados en economías en desarrollo; está demostrado que los usuarios no aceptan este tipo de equipos.

- ¿Qué pasaría si tuviese procesadores Intel en vez de AMD?

- Es que por definición no sería el mismo planteamiento si tuviera nuestros procesadores porque entonces respondería más a la visión de esta experiencia completa que nosotros planteamos. Tiene que ver con el concepto de la experiencia de uso. Por eso me atrevo a ser tan tajante. Si tuviera nuestros procesadores, sería otra experiencia de uso.

- ¿Cómo se combinan las cuestiones económicas con las posibilidades de uso concretas?

- Es que la accesibilidad no sólo es precio, también son mecanismos de financiamiento, es participación de los gobiernos, de la infraestructura financiera de los países, de la sociedad en general, de las estructuras de educación. La confluencia de todos esos factores puede facilitar el acceso a equipos que ofrecen una experiencia completa en el uso. Al final de cuentas, todo tiene que tener una viabilidad económica para el ecosistema; ni siquiera los programas de donación de alimentos de distintos organismos internacionales pueden funcionar si no tienen un plateo económico por detrás, que esté bien estructurado. Si yo propongo una computadora a 100 dólares y no propongo un esquema de distribución, de soporte, de entrenamiento, de dispersión del uso, no puedo hacer nada.

- ¿Cómo evaluás el alcance que tuvo en la región planes tales como Mi PC?

- En general, el componente de programas con distintos Gobiernos -de inclusión digital- contribuyen en un 30% de nuestras ganancias. Esto lo venimos realizando en Perú, Argentina, Chile, Brasil, todos con diferentes precios. Países como México están empezando. Claramente Argentina ha sido uno de los países en los que más repercusión ha tenido. Tuvo una combinación de factores positivos: el crecimiento, la aceleración del mercado. Este tipo de iniciativas son un potencial de negocio, pero también forma parte de la lección de Intel que intenta hacer más accesible la tecnología y el acceso a Internet.

La tecnología y el ALCA

- Teniendo en cuenta que la convergencia tecnológica -como el triple play- favorece la existencia de únicos proveedores de distintos servicios, ¿creés que tratados de libre comercio como el ALCA están relacionados íntimamente con los desarrollos tecnológicos?

- Esto se puede ver de dos maneras: yo creo que es inevitable que vaya a existir un único proveedor. La tecnología va para allá y es inevitable porque es un movimiento que ya nadie detiene. Personalmente creo fervientemente en la competencia para crear innovación. Cuando no hay competencia, se retracta la innovación, sobre todo la tecnológica. Si bien creo que no hay nada que vaya a detener la convergencia, considero que las mismas tecnologías que evolucionan en paralelo a los contenidos, que son las tecnologías de transporte y de acceso, permitirán la llegada de nuevos jugadores porque la barrera de entrada al mercado de las comunicaciones no tiene límites.

- ¿La evolución misma de la tecnología y de la convergencia sobrepasarán los límites de lo que puede delinearse en un tratado de libre comercial mundial?-

- Yo estoy hablando de la regulación de las telecomunicaciones. La regulación, casi por definición, viene detrás del cambio tecnológico, pero también es inevitable. De hecho, deberá flexibilizarse para permitir nuevos y más factibles jugadores. Esto puede llegar a representar una consolidación que ayude a un tratado internacional de comercio. Lo veo más como una necesidad que como un factor que se dé a la fuerza. Desde el punto de vista práctico, históricamente hemos desarrollado muchas oportunidades de crear mercados regionales. Eventualmente, creo que los gobiernos poco a poco y los propios empresarios irán abriendo cada vez más los ojos para ser más agresivos en el comercio regional y la tecnología- en este contexto- junto con la confluencia, son factores elementales. El ejemplo claro de una tecnología que puede llegar a cambiar el mercado es hacer del acceso a la banda ancha algo flexible y accesible.