Hoy se lanzó en Europa el primer satélite de la red Galileo

Por Matías Aizpurúa - Sebastián Premici
Luego de varios debates y polémicas con Estados Unidos, Europa dio hoy el primer paso para la conformación del Sistema Satelital Galileo al poner en orbita el satélite Giove-A, a 23.222 kilómetros de altura. Se trata del primer sistema de localización por satélite que se presenta como una opción ante GPS de Estados Unidos y Glonass de Rusia. El lanzamiento forma parte de la fase de validación que más tarde incluirá el resto del sistema. Se estima que funcionará plenamente en 2010

Europa tendrá su propio GPS a pesar de la oposición de Estados Unidos frente al proyecto Europeo, denominado Galileo. Estará compuesto por 30 satélites, y la idea es que comience a funcionar a partir de 2010. El lanzamiento se produjo hoy, con la puesta en órbita del satélite Giove-A, que corresponde a la fase de validación de la tecnología.

Tanto la Unión Europea (UE), como la Agencia Europea del Espacio (ESA), pretenden un sistema de posicionamiento global disponible en forma permanente, pero –que además- sea independiente de los sistemas militares. Sin embargo, a pesar de constituir una alternativa al GPS de Estados Unidos, y el Glonass de Rusia, Galileo será compatible con ambos. Los costos del proyecto - que se repartirán entre la UE y la ESA-, ascenderán a 3.800 millones de euros, entre los cuales 1.500 millones serán para su desarrollo y validación.

A diferencia de los sistemas militares, el margen de error de Galileo será de solo un metro (el GPS Norteamericano tiene un margen de error entre cinco y diez metros), y estará disponible constantemente. Su precisión será importante para el caso de la navegación aérea, y los controles ferroviarios. Si algún satélite fallara, el usuario podrá enterarse en cuestión de segundos. La Agencia Europea del Espacio garantizará un funcionamiento constante, pero dijo que en situaciones emergencia máxima, tal vez no se respete dicha garantía.

El sistema, compuesto por 26 satélites y 4 de reserva, se ubicará a 23 mil kilómetros de altura, y su inclinación orbital será de 56 grados sobre el plano ecuatorial. Según la enciclopedia online Wikipedia, "inclinación orbital es el ángulo que el plano de la órbita de un astro forma con un plano de referencia (para los planetas, eso es la eclíptica)".

Galileo podrá reconocer las posiciones midiendo la distancia entre un punto (receptor) y los satélites, y estos entre sí. Dicho receptor interactúa con cuatro satélites, y determina el tiempo que tarda en llegar una señal desde los satélites, y de esa forma establece la ubicación que el usuario leerá en su pantalla.

El Sistema Galileo ofrece una excelente cobertura para el norte de Europa, donde el sistema norteamericano presenta deficiencias. Por otra parte, la señal de posicionamiento europeo será gratuita y estará disponible para todos los usuarios. Sin embargo, habría dos tipos de señales encriptadas que facilitarán las transacciones comerciales, gracias a la posibilidad de obtener datos en poco tiempo.

Según la agencia de prensa de Telespazio – compañía seleccionada para integrar el sistema de control de Galileo-, la Unión Europea cerró un acuerdo de cooperación con América Latina para que los beneficios también lleguen a sectores civiles y económicos de los países de Sudamérica.

Por otro lado, Mariano Ribas, del Planetario de la Ciudad de Buenos Aires y columnista del suplemento Futuro del diario Página/12, opina que éste será un aporte interesante como alternativa al GPS, que de todas maneras ha dado muy buenos resultados. "La existencia de 30 satélites permitirá ajustar el posicionamiento de una persona y tener un menor grado de error", indicó el especialista.

Si bien se espera que el sistema esté plenamente operativo para 2010, a partir de 2008 comenzará la fase de construcción y se pondrán en orbita la totalidad de los 26 satélites del sistema. Por otro lado, harán dos instalaciones en tierra que se encargarán del mantenimiento de Galileo y la gestión de las señales de navegación.

La palabra satélite y su historia
Galileo Galilei, Johannes Kepler, Isaac Newton y hasta Arthur C. Clarke fueron algunos de los protagonistas de la historia del satélite.

En el año 1.609, el italiano Galileo Galilei desarrolló el primer telescopio que permitió al hombre observar el universo con mayor detalle que a simple vista. Descubrió cráteres en la superficie de la Luna, manchas en el Sol, las fases del planeta Venus y cuatro pequeños astros girando alrededor del planeta Júpiter. Johannes Kepler, contemporáneo de Galileo, llamó satélites a los astros que giraban alrededor de la Tierra y Júpiter, una palabra que significa algo así como "sirviente" o "valet", según se informa en el sitio web de la CONAE. Desde entonces el término se aplica a aquellos objetos en rotación alrededor de un astro, este último de mayor dimensión que el primero, ambos vinculados entre sí por la atracción recíproca debida a la fuerza de la gravedad (ver www.conae.gov.ar).

En el Siglo XVII, el científico Isaac Newton calculó que si se lanzaba un objeto con una velocidad superior a unos 7.900 metros por segundo no caería en la Tierra sino que permanecería girando a su alrededor en una trayectoria circular (considerando que el rozamiento del objeto con los gases de la atmósfera es nulo). En este caso se dice que el objeto ha sido satelizado, se ha convertido en un satélite artificial terrestre y su trayectoria se denomina órbita. Científicamente esto se explica porque se ha establecido un equilibrio entre la fuerza de la gravedad y la fuerza centrífuga que tiene el cuerpo al ser lanzado a esa velocidad en forma horizontal. La fuerza de gravedad es la responsable que la trayectoria sea circular.

La idea de los satélites de Telecomunicaciones apareció poco después de la II Guerra Mundial, y el concepto de la órbita geoestacionaria fue propuesto por primera vez por el escritor de ciencia ficción Arthur C. Clarke, en 1945. Todo comenzó con el Echo 1, que era una enorme esfera de plástico de 41 metros de diámetro donde las ondas se reflejaban entre dos estaciones terrenas.

El primer satélite de telecomunicaciones activo fue el Telstar 1, lanzado el 10 de julio de 1962, que permitió la transmisión de señales de televisión entre uno y otro lado del Atlántico. A partir de entonces la capacidad de estos sistemas ha aumentado exponencialmente: cuatro años después Intelsat estableció el primer sistema de comunicación global mundial con satélites sobre los tres océanos, lo cual permitió, con el asombro de una audiencia de mil millones de personas, observar en vivo el alunizaje (si éste fue verdad) del primer hombre en la luna.

La red nacional más extensa de satélites fue desarrollada por la Unión Soviética a partir de abril de 1965, que estableció conexiones a través de la Organización Intersputnik, con otros países socialistas. El estado actual de los satélites de telecomunicaciones desborda todas las expectativas que se hicieron hace 50 años cuando se concibió el empleo de la órbita geoestacionaria con fines de radiocomunicaciones. El mercado para los nuevos sistemas de telefonía vía satélite servirá para cubrir áreas que no se encuentran bajo la cobertura de la telefonía celular convencional, y para el envío de datos a alta velocidad de una manera más fiable y eficiente que los sistemas por cable. Argentina cuenta con un satélite de comunicaciones, el Nahuel 1 lanzado en 1997 y está pronto a conformar una empresa satelital estatal pero todavía le falta la aprobación de la Cámara de Diputados de la Nación


Más información: www.esa.int.