El reemplazante del Sistema María ¿puede ser un software nacional?

Por Leandro Piñeiro
Ricardo Echegaray, ex titular de la Aduana, había dicho que llamaría a licitación internacional para adquirir una nueva aplicación. ¿Qué sucede con el compre nacional en este caso? ¿La industria SSI de la Argentina está capacitada para diseñar un producto de esta envergadura?

A fines de enero pasado, el ex titular de la Aduana Ricardo Echegaray anunció que estaba buscando un reemplazo para el histórico Sistema María, la red informática implementada en 1993 por Carlos Menem que controla y procesa todas las operaciones de comercio exterior. En este sentido, el Gobierno tendría previsto lanzar una licitación internacional hacia fines de año para adquirir un software de gestión aduanera de última generación.

La Aduana emitió 1.579 alertas en 2007 por fallas en el Sistema María

Según el ex funcionario, el costo del nuevo sistema oscilaría los 90 millones de dólares, y los modelos que actualmente están siendo implementados en Japón, Nueva Zelanda e Irlanda serían los más atractivos para traer a la Argentina. Echegaray, por pedido de la presidenta Cristina Kirchner, presentó ayer su renuncia, dando una vuelta de página a esta cuestión y sentando una serie de interrogantes.

¿El próximo titular de la Aduana considerará buscar al reemplazante del Sistema María entre los desarrollos de los fabricantes de software locales? Teniendo en cuenta el monto que el organismo tiene previsto desembolsar para adquirir la nueva aplicación, de ubicar todo ese dinero en una empresa nacional ¿no serviría para impulsar a la industria SSI del país? ¿Qué sucede con el compre nacional en este caso?

He aquí la complejidad del Sistema María: conecta a las 57 aduanas de todo el país y 3.687 lugares operativos con presencia aduanera como pasos fronterizos, puentes internacionales, puertos y depósitos fiscales y zonas francas. Según el diario Clarín, en 2007 procesó alrededor de 3.350.000 declaraciones, por un monto cercano a los 100.000 millones de dólares.

Este software, de origen francés, no fue diseñado para detectar operaciones fraudulentas, por lo que numerosos parches fueron agregados a la aplicación durante todo este tiempo. Su reemplazo, tal como había expresado Echegaray, supondría un control más fuerte sobre las mercaderías que ingresan y salen del país, a modo de herramienta frente al contrabando.

Hoy en día, muchas de las empresas desarrolladoras de software locales exportan sus productos, algunos de ellos de primer nivel, a clientes del exterior. Más allá de que las ventajas competitivas más significativas del sector en el país han sido, y aún lo son, su tipo de cambio, huso horario y capacidad de recursos humanos ¿no está la industria SSI lo suficientemente capacitada como para diseñar una aplicación de esta envergadura?