Demandan a 20 usuarios de Internet por compartir música

Por Darío Drucaroff
A pocas semanas del surgimiento de varias tiendas virtuales de música en el país, la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (CAPIF) anunció el pasado martes una inédita serie de acciones contra la piratería en Internet, que incluye 20 demandas contra grandes uploaders de archivos de música, con multas posibles de entre $3.000 Y $10.000. ¿Qué dicen los músicos?

"Las personas que ponen a circular música en la red no tienen los derechos sobre las obras que están distribuyendo". Esta es la premisa bajo la cual la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (CAPIF) anunció ayer, 15 de noviembre, una inédita serie de acciones contra la piratería en Internet, que incluye 20 demandas contra grandes uploaders de archivos de música. Esta iniciativa forma parte de una campaña mundial que incluye a Suecia, Suiza, Hong Kong y Singapur.

El anuncio tuvo lugar en un momento clave dentro del mercado de distribución de música por Internet, que se calcula representa el 6% de los ingresos de la industria discográfica internacional. Se espera que antes de fin de año empresas como Musimundo lancen su tienda de música on line (ver nota Musimundo lanzará una tienda de música on line). "Si bien Musimundo.com pasó por una etapa de inactivación por la crisis que vivimos, es un mercado que hoy estamos recuperando y le estamos poniendo mucho foco", había dicho a Canal AR Aníbal Márquez, jefe de negocios digitales de Musimundo.

Cifras
Un estudio realizado por la consultora Cuore Consumer Research para CAPIF asegura que el 75% de los consumidores de música tiene acceso a Internet, y que de este total el 39% declara que descarga música de la red (en el año 2004, esta cifra había sido del 24%).
El estudio afirma también que Kazaa sigue siendo el software más utilizado del rubro, y que la cantidad de canciones que descargan los argentinos por año es de 412 millones (el doble del año pasado), lo cual equivale a 31 millones de discos.
CAPIF define a quienes descargan sistemáticamente música a través de aplicaciones peer-to-peer bajo el término de uploaders: "Son aquellas personas que tienen grandes cantidades de archivos de música en sus computadoras y, sin tener autorización para hacerlo, ofrecen esas obras a través de Internet para que otros se las descarguen", dice el comunicado emitido por la empresa, que aseguró que el perfil predominante de estas personas posee una edad menor a los 25 años y corresponde a niveles socioeconómicos medios altos y altos.

La música en la Sociedad de la Información

La evolución de las tecnologías de la información le jugó una mala pasada a la industria cultural. Las consecuencias de esta nueva forma de piratería, según CAPIF, impactarán directamente en el bolsillo del músico, quien se verá imposibilitado de vivir del arte. En la nota anteriormente citada, publicada por este medio el 23 de septiembre pasado, el director de la empresa Atlantic Consulting, Jorge Crom, opinó sobre la protección de este tipo de contenidos en el futuro: "A nivel global el desarrollo de plataformas con protección a la piratería permitirá el desarrollo de modalidades de comercialización de contenidos digitales hasta ahora nunca vistas. Los DRM (Digital Rights Management) se podrían convertir en la base para el desarrollo de nuevos modelos de negocios".

Frente a este panorama, el pasado 28 de julio, la Corte Suprema de los Estados Unidos declaró que las redes peer-to-peer Grokster y Streamcast habían creado un negocio basado en la apropiación de derechos intelectuales ajenos; y el 5 de octubre la red Kazaa fue declarada ilegal por la corte federal de Australia. El impulso se hizo notar en Argentina, y dio lugar a la nueva iniciativa de CAPIF. "Nadie debería sentirse sorprendido ya que ha habido una enorme cantidad de información circulando explicando estos temas y advirtiendo sobre las acciones legales que se tomarían. Sabemos que es posible prevenir estos ilícitos y tomar conciencia de las terribles consecuencias que la piratería ocasiona al mundo de la música", asegura el comunicado.

El reacomodamiento de los mecanismos legales para evitar la nueva piratería de música en Internet ya está en marcha. Sin embargo, así como frente al avance tecnológico no hay vuelta atrás, resulta difícil imaginar el fin del intercambio de música por Internet, en un mundo cada vez más interconectado, con un flujo de información inconmensurable.

Opinan los músicos

Junto con el comunicado oficial, CAPIF dio a conocer la opinión de diversos músicos sobre el tema:

León Gieco: "Intercambiar archivos de música sin la autorización de quienes participaron en su creación es ilegal y problemático porque si esta práctica continúa, en muy corto tiempo destruirá nuestras posibilidades de hacer y disfrutar de la música".

Gustavo Santaolalla: "Tenemos que ser concientes de que la piratería es un robo como cualquier otro y que la llegada de las nuevas tecnologías digitales debemos utilizarlas para que estas se transformen en una nueva forma de comercialización de la música de manera legal en lugar de un instrumento para facilitar el downloading".

Charly Alberti: "La gente tiene que entender que la música no es gratuita ya que detrás de cada canción hay muchísimas horas de trabajo y dinero invertido por parte de los músicos y productores. Si la gente paga por sus alimentos y servicios, por que pretende no pagar por la música?".


Más información: www.capif.org.ar.