La OEA premió un proyecto del INTI de inclusión de discapacitados

Por Martín Castro - martinc@canal-ar.com.ar
La Organización de Estados Americanos distinguió al Instituto Nacional de Tecnología por su programa de construcción de prótesis, bastones y sillas de ruedas en escuelas técnicas. La iniciativa la realizó en conjunto con el ministerio de Educación y más de 240 instituciones académicas

A fines de 2010 la Organización de Estados Americanos (OEA) entregó el primer premio y diploma de honor del II Encuentro Internacional de Proyectos Inclusivos Exitosos 2010 en la categoría Educación al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). El organismo nacional fue distinguido por su Programa Productivo Tecnológico y Social: Construcción de dispositivos en las escuelas técnicas de todo el país para y con las personas con discapacidad.

Rafael Kohanoff junto al premio.

Rafael Kohanoff, director del Centro de Tecnologías para la Salud y la Discapacidad del INTI, explicó a Canal AR que el programa se ejecuta conjuntamente con el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET) y la Comisión Nacional Asesora para la Integración de Personas Discapacitadas (CONADIS), además de contar con la colaboración del Ministerio de Educación, el Rotary Club, los gobiernos provinciales y municipales, y ONGs.

La iniciativa tiene tres años de vida y nació cuando se creó el Centro de Tecnología para la Discapacidad, que luego se amplió y ahora es el Centro de Tecnología para Salud y Discapacidad. Kohanoff sostuvo que “el premio de la OEA es realmente importante porque participaron todos los países miembros con proyectos exitosos donde se pudiera mostrar la inclusión de las personas con discapacidad”.

A través del Programa Productivo, Tecnológico y Social, el INTI construyó los planos para fabricar 15 elementos fundamentales, desde un bastón y una silla de ruedas hasta una prótesis de miembro inferior, para que las escuelas técnicas puedan producir las piezas, ya que tienen los conocimientos y la maquinaria necesaria. “Nosotros entregamos los manuales y la asistencia técnica, y los colegios fabrican el material”, afirmó el ingeniero.

Kohanoff señaló que identificaron en el país más de 500 mil personas con discapacidades motrices con necesidades básicas insatisfechas, y a su vez hay más 1.000 instituciones educativas repartidas en todo el territorio nacional que puede llevar adelante el proyecto.

El INTI está en contacto con 240 colegios, y hay 100 escuelas, de las 24 provincias, que ya realizaron y entregaron productos. “Ahora hablamos con el ministro de Educación, Alberto Sileoni, la coordinadora General de Educación Especial de la Nación, Ana Moyano, y la directora del INET, María Rosa Almandoz, para ver como relevamos todas las necesidades de los chicos que asisten a la escuelas de formación especial, se trata de 2.000 instituciones con 150 mil estudiantes, y muchos de ellos no tienen los elementos que necesitan”, sotuvo el ingeniero.

En ese sentido, explicó que una vez que tengan los datos buscan una institución técnica en la misma localidad y se armará una articulación entre ambos organismos. Además, destacó que el premio les dio la posibilidad reunirse con el Ministro de Educación para buscar una metodología que permita instalar este programa en todo el país, e incluso en estados o provincia de otras naciones miembros de la OEA.

- ¿Cómo se financia el programa?

- Nosotros ponemos los fondos necesarios para toda la parte técnica. INET otorga un dinero inicial para que los alumnos empiecen a hacer la práctica, también participan los gobiernos municipales, las organizaciones de discapacitados, el Rotary Club, y mucha gente que contribuye. Además, la Comisión Nacional de Discapacidad firmó un proyecto por el cual hará ser cargo del costo de los materiales.

Coordinación

Las escuelas que están interesadas en participar del programa se tienen que anotar en la página del INTI. Una vez que el Instituto recibe la postulación se pone en contacto con el representante provinciales del INET, y a través de ellos les hace llegar los planos. “A partir de ahí vemos que necesidades tienen, se forma el equipo con estudiantes y docentes voluntarios, se arma un pedido -que viene de los centros de salud-, y luego empieza la fabricación. No es algo fácil, pero a esta altura no tengo dudas de que esto camina”, sintetizó Kohanoff.


Más información: www.inti.gob.ar, www.oas.org.