A 10 años de su creación, ¿sabemos qué es el Bitcoin?

La opinión de Sebastián Resano, country manager de Buda.com

Diez años después de su creación, todavía muchos se preguntan qué es el Bitcoin realmente. Si bien los récords de precio a fines del año pasado han despertado el apetito e interés de inversores por este tipo de activos, muchos no terminan de comprenderlo. Continúa siendo un tema incomunicable, difícil de entender e imposible de explicar en forma efectiva en una sentada. De los cientos de trabajos que encontramos en los medios, esta columna intenta dejar una definición clara, entendible y comunicable sobre qué es, qué no es y cómo se puede ser parte.

Bitcoin es una moneda que existe en internet, que es acuñada en internet y que sirve a la generación de internet, es decir a todos nosotros. No pertenece a ningún gobierno o estado y tampoco es controlada por ningún banco. Bitcoin no es una empresa, tampoco es un producto o un servicio, es un protocolo de internet, una forma de comunicación entre personas. Tan simple y tan complejo como eso. Conceptualmente es equivalente a pensar en "la web" o "el email", estos no le pertenecen a nadie, son bienes públicos, compartidos en internet. Desde el momento en que se publicó el primer sitio web en 1991 hasta hoy, internet ha transformado profundamente a la humanidad y de la misma forma lo hará el Bitcoin.

Bitcoin es una moneda digital y, a su vez, un medio de pago electrónico colectivamente compartido por los participantes de la red. Vale aclarar, la tecnología, se encuentra en una fase muy temprana y vulnerable. Se estima que actualmente existen entre doce y veinte millones de usuarios únicos. Esta red que comenzó hace diez años, en 2008, y ya soporta un sistema monetario global, integralmente abierto, soberano y neutral del que todos pueden participar sin pedir permiso. El único requisito es descargar una aplicación, como quien descarga Spotify para escuchar música. Entonces para participar de la red de Bitcoin, solo hay que descargar una billetera en la computadora o el teléfono y haciendo esto podrás recibir y enviar Bitcoin.

Crear una moneda que no pertenece a ninguna nación parece extraño al principio, pero recordemos que en la antigüedad existían sociedades teocráticas donde no concebían una religión por fuera del estado. Hasta hace poco tiempo existían empresas de telefonía o combustibles que pertenecían solo a un país y, en general, eran monopolios. Tal vez dentro de 20 años la idea del "dinero nacional" también nos parezca tan absurda como el estado-iglesia.

Vivimos en la nueva era de la economía digital y su dinámica necesariamente lleva a la desintegración de las antiguas pautas por las que se regían las relaciones sociales. Es un profundo cambio que recién comienza e implica la ruptura de vínculos generacionales entre pasado y presente. En estricto rigor, la sociedad actual no ha destruido la herencia del pasado, sino que la ha adaptado de forma selectiva. Estamos en la etapa experimental de la evolución del dinero y ya empezamos a ver cómo será su futuro, junto al imparable innovación que trae consigo.

Esta es una tecnología que va a impactar el cómo se construyen los sistemas económicos, sociales y políticos en las próximas décadas. Estamos realmente al principio de esto. Todo lo que es un activo en este momento probablemente tendrá una representación como un activo criptográfico en el futuro. Hay mucho crecimiento por delante. En los últimos años surgieron miles de proyectos y compañías para proporcionar productos y servicios que facilitan el uso de las criptomonedas para los usuarios e infraestructura para las aplicaciones que se ejecutan sobre blockchain.

(*) Sebastián Resano: Country manager de Buda.com