¿Es necesario un Ministerio TI? (Parte II)

Por Nayla Simeone
Falta de diálogo y carencia de un puente que aúne criterios y estrategias: dos puntos en los que coinciden el sector público y el privado, en relación a las TICs ¿Es necesario que exista un Ministerio TIC? En esta oportunidad, opinan Carlos Pallotti, Elida Rodriguez y Sonia Boiarov

La semana pasada, Canal AR publicó una nota en la que Luis Valle, director del posgrado de TV Digital de la Universidad de Palermo, el consultor Alejandro Prince y Marcos Pueyrredón, presidente de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE), hablaron sobre sus respectivas opiniones acerca de la necesidad (o no) de que Argentina tenga su propio Ministerio de Tecnología de la Comunicación (ver nota).

En enero del año 2000, el gobierno cubano anunció la creación del Ministerio de la Informática y las Comunicaciones para impulsar el desarrollo tecnológico en la isla. Las tareas del mismo tienen que ver con asumir las responsabilidades del antiguo Ministerio de Comunicación (que en Argentina es sólo una Secretaría), así como las relacionadas con la informática y la electrónica. “Se ha decidido que estas actividades, que hasta la fecha se encontraban distribuidas entre varios organismos, sean integradas en un único ministerio con el objetivo de impulsar su desarrollo armónico en el país", decía el comunicado oficial de aquel entonces.

Respecto a la idea de concretar un proyecto similar en el país, Carlos Pallotti, presidente de la Cámara Empresarial de Software y Servicios Informáticos, en esta oportunidad destacó: “Es posible que sea necesario en algún momento que haya una Secretaría de Estado o un Ministerio ligado al tema, porque le daría al sector mayores posibilidades de que sean consideradas políticas públicas relacionadas con las TICs. Pero entiendo que no están dadas las condiciones para esto actualmente".

Pallotti continuó: "Crear un Ministerio como éste, sin que se tenga en claro la importancia de las TICs en un plan estratégico nacional, haría que pudiera crearse un ente vacío de poder, dado que no tendría políticas para aplicar. Tal vez sea más apropiado que se designe una especie de Secretaría de Planeamiento para el Plan Estratégico Digital, cuyo principal objetivo sea la elaboración de éste, identificar medidas públicas que puedan ser aplicables, y coordinar acciones entre los entes hoy existentes”.

Otra interesante experiencia regional es la de Colombia, cuyo Ministerio de Comunicación pasaría a ser el Ministerio de Tecnologías de Información y Comunicación en poco tiempo. De hecho, en marzo se organizó un seminario al respecto. Esta propuesta surgió como una forma de fortalecer los retos tecnológicos y prácticos que tiene el país en materia de TICs. La actual ministra de comunicaciones, María del Rosario Guerra, explicó en un evento lo que ha sucedido en los últimos cuatro años con la industria de las telecomunicaciones: “Los índices que se han evaluado demuestran que es un sector dinámico y que tiene efectos importantes en el Producto Interno Bruto del país”.

La idea de este Ministerio también plantea aumentar el apoyo a ciudades y departamentos digitales con producción y cofinanciación de proyectos en tecnología de la información y la comunicación, incrementar la industria del software, centros de contacto y puntos de ensamblaje para computadoras.

¿Es necesaria la creación de un Ministerio TIs en Argentina?

A esta pregunta también respondió Elida Rodríguez, coordinadora de la Unidad de Reforma del gobierno de Mendoza, quien destacó que a su criterio no hay que crear un Ministerio dedicado a las TICs. Para ella el tema requiere decisión y gestión de máximo nivel. "No creo necesario crear otro Ministerio para ello. Estimo que este tema debe manejarse en la órbita de Jefatura de Gabinete de Ministros", agregó.

Por su parte, Sonia Boiarov, directora del Centro de Teletrabajo y Teleformación de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) y presidenta de la Comisión TIC de USUARIA, explicó a este medio que un Ministerio de tecnología tendría mucha fuerza. “Si se tratara de pensar en una utopía, quisiera que sus integrantes no fueran políticos, tal vez sólo la cabeza pero el resto deberían ser integrantes por concurso de antecedentes, reconocidos y validados por la sociedad. El futuro desarrollo es demasiado serio como para ponerlo en juego de la inestabilidad política o en manos del corto plazo. Ojalá tenga éxito y podamos pensar en organizaciones diferentes”.