"La industria ha hecho más por acercarse a la academia, que lo inverso"

Pablo Iacub, presidente de Calipso, cuestionó las observaciones realizadas por Hugo Scolnik la semana pasada respecto a la relación entre empresas y universidades, para generar más profesionales capacitados en el sector

La semana pasada, en una entrevista concedida a este medio, el creador y actual director del Departamento de Computación de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, Hugo Scolnik, opinó sobre las dificultades que enfrentan las casas de altos estudios a la hora de generar profesionales para la industria tecnológica (ver “Se acordaron que existen las universidades ahora que las necesitan”).

En relación a este artículo, Pablo Iacub, presidente de la compañía desarrolladora de software Calipso, envió una carta a la redacción de Canal AR en la cual plasmó su postura sobre el problema. A continuación, la reproducción completa del texto:

En defensa de la industria

Acabo de leer los dichos de Don Hugo Scolnik en Canal AR, y efectivamente, ocurre lo que él anticipa en su nota. No se si al resto de la industria le molesta o no, pero a mi, personalmente y como miembro de la misma, me parece que sus afirmaciones no son ecuánimes, y fundamentalmente que incurren en un reduccionismo extremo.

Incluso opino más, creo que desde hace años la industria ha hecho más esfuerzos por acercarse a la academia, que lo inverso.

Con todo el respeto que me merece Hugo, tanto en su faz académica, como en la empresaria, voy a disentir con él basado en los siguientes incisos.

Los puntos de la discordia

Voy a aportar algunos puntos de modo de cimentar mis afirmaciones a favor de la industria:

  • Personalmente estudié sistemas en la facultad de ingeniería de Buenos Aires en la década del 80. Allí disponíamos de una IBM 370, equipo enormemente costoso, y bastante actualizado para los estándares universitarios, gracias a que la big blue no cobraba las facturas de la misma. Seguramente su generosidad estaba basada en considerandos estratégicos de largo plazo, no obstante, sin los mismos hubiésemos tenido que conformarnos con correr los programas en el papel.


  • Las empresas internacionales como Accenture, Microsoft, SUN, Oracle o SAP, sólo por nombrar a las más salientes, han tenido muchísimas acciones de colaboración con las universidades. Desde mejorar la infraestructura de las aulas (como en Económicas) hasta software gratuito, apoyo, cursos, etc.


  • Empresas argentinas como Intersoft, Tango, Bejerman, Calipso, Sia Sistemas, Novamens, Competir o CWA, entre muchas otras, tuvieron desde fines de los 80’ iniciativas de acercamiento, cursos, charlas de apoyo en materias relacionadas, esponsoreos de congresos (entre otros los que realiza su propio dpto. en Exactas) y de libros, y otras actividades.


  • Fue la Cámara de empresas de software en el 2005, la que decidió instituir un premio con el nombre de un catedrático de su casa de estudios, en el cual se premian instituciones educativas, papers y educadores. De hecho Hugo estuvo en la primera tanda de premiados.


  • Con respecto a los papers de la academia y la actitud de la industria, sugiero revise, por ejemplo, la iniciativa presentada en su departamento de computación por la firma Novamens en 2007 a Irene Loizeau, o el trabajo que realiza la firma que represento en UADE.


  • Las materias previas de la academia

    Creo que inversamente a lo que dice Hugo, es a la academia a la que aún hoy le cuesta recordar que la industria existe, y paso a describir algunos puntos:

  • Las universidades nacionales en general se niegan a tener en cuenta la opinión de la industria a la hora de diseñar los planes de estudio. Muchas veces da la impresión de que hacen exactamente lo contrario.


  • A contramano de lo que ocurre en otras áreas del conocimiento, en informática los líderes de la industria prácticamente no tienen cabida en la academia. Mientras que en económicas, derecho o arquitectura es frecuente que los titulares de los principales estudios estén al frente de cátedras relacionadas con su especialidad, en informática eso lisa y llanamente no ocurre, y no por falta de predisposición de la industria.


  • La UBA específicamente (tanto Ingeniería como Exactas, y esto lo digo como egresado de la primera) mantienen un régimen de horarios carentes del más mínimo orden y coherencia, y esto dificulta enormemente el poder estudiar y tener un empleo de modo simultaneo. Como en la mayoría de los casos trabajar se vuelve indispensable, esto hace que las carreras duren a veces más de diez años, o generan estudiantes crónicos que no llegan nunca a finalizar las mismas.


  • Las universidades nacionales son neutrales respecto al desarrollo nacional o importado. De este modo, para los estudiantes no tiene ningún valor distintivo trabajar en una empresa nacional que exporta, que hacerlo en una representación de una empresa de sueca que se limita a realizar adaptaciones mínimas de productos para su localización.


  • Resumen de un largo debate

    Desde ya que las críticas aquí vertidas no son personalizadas a Hugo Scolnik, quien creo coincidirá con gran parte de mis afirmaciones.

    Probablemente solo se trate de una afirmación hecha dentro de un reportaje, y quizás estaba pensando en algún sector de la industria que efectivamente nunca intentó ninguna conexión con la academia.

    Esta carta seguramente representa al grupo de empresas que sabemos que hemos tratado de acercarnos tanto como nos fue posible, y quizás esto inicie un debate indispensable para el futuro del sector. Por lo demás, cuando se dice, como cita Scolnik que "la industria necesita recursos humanos", a veces suena como una cuestión puramente de negocios, cuando tiene una implicancia harto más profunda. La industria argentina de la tecnología esta lanzada a inventar cosas nuevas, exportar, y a aplicar el conocimiento científico para el desarrollo del país. Enhorabuena.

    Pablo Iacub