Radiación de antenas celulares es mil veces menor que la del propio teléfono
25 de Junio de 2012Ricardo Olivares, académico de la USM, derriba mitos en torno a la peligrosidad real de las estaciones bases de antenas de telefonía celular
“Existen más mitos que verdades respecto de los efectos reales que tiene la radiación de las antenas y teléfonos celulares sobre la salud de las personas”, afirma Ricardo Olivares, académico del Departamento de Electrónica de la Universidad Santa María, sobre este tema que suele generar controversia.

La inquietud se debe principalmente a la mayor exposición a campos magnéticos que se generan desde estas antenas. Pero ante esto, el experto hace una distinción, pues hay que diferenciar dos tipos de radiación electromagnética asociada a la telefonía móvil: una es la que proviene de las estaciones base, y la otra es la emitida por los propios equipos móviles.
“La radiación de las estaciones base es al menos mil veces inferior a la que está sometido un usuario que tiene el teléfono, en llamada, en sus manos, junto al oído”, expresa en forma categórica. “El peak de potencia de estos últimos puede estar entre 0.1 y 2 Watts, y depende del tipo de aparato y de la distancia a la que se encuentre de la estación base más cercana. En consecuencia, la preocupación de la población está focalizada no necesariamente en la fuente de mayor riesgo, que la constituye el uso indiscriminado de los teléfonos móviles”.
¿Riesgos para la salud?
El profesor agrega que hasta ahora, en medios científicos no se ha conseguido probar de manera determinante, si efectivamente la radiación electromagnética de estos dispositivos representa un daño para la salud de las personas. En definitiva, no existen datos estadísticos suficientes para asociar problemas de salud con la exposición a la radiación electromagnética de estos aparatos, pero tampoco para afirmar definitivamente lo contrario.
En Chile, recientemente, la normativa para la radiación electromagnética producida por las estaciones base se ha colocado más exigente, en relación a la máxima densidad de potencia permitida en zona de libre tránsito de las personas (100 μW /cm2 en zonas urbanas y 10 μW/cm2 cerca de hospitales, escuelas, jardines infantiles, etc.), situándolo entre los países de mayor restricción en esta materia. Sin embargo, a modo de comparación, “un teléfono móvil localizado cerca del límite de la cobertura de una estación base, podría presentar una densidad de potencia de 2500 mW/cm2 en las proximidades de las zonas del cuerpo inmediatamente expuestas, con un potencial riesgo para la salud”, señala el experto. “Estos niveles superan con creces los límites establecidos para las estaciones bases”.
Respecto al aumento de la densidad geográfica de antenas base, “la verdad es que hasta cierto punto esta medida es beneficiosa para la población, toda vez que las estaciones cumplan las normas de instalación, pues mitigan el aumento de la potencia que deben transmitir los teléfonos móviles, cuando se encuentran en los límites de las zonas de coberturas de estas antenas, para conseguir o mantener la conectividad”, sostiene Olivares, entregando algunas recomendaciones prácticas, que incluso algunos fabricantes y operadores de telefonía móvil dan para disminuir los posibles riesgos para la salud.
“Mantener los aparatos lejos del cuerpo mientras se los usa (entre 15 y 25 mm), evitar usarlos en recintos cerrados como edificios, ascensores o vehículos, pues en estas situaciones la señal emitida desde el teléfono celular llega a la estación base muy debilitada, lo que obliga a los aparatos a aumentar la potencia transmitida, irradiando así más, directa e indirectamente –por reflexiones múltiples- al usuario. El uso de manos libres y altavoz es también una recomendación apropiada”, puntualiza.
Más información: www.us.cl.