Oportunidades y desafíos de la Economía del Conocimiento tras el Acuerdo Mercosur-UE

Escribe Luis Galeazzi, Director Ejecutivo de Argencon

Desde hace más de dos décadas la Economía del Conocimiento está directamente vinculada al mercado externo. La razón es simple: Argentina produce más talento profesional del requerido por su mercado interno, por lo que el excedente de capacidad creativa se vuelca al mercado global. Este excedente explica por qué no es casual que Argentina sea el único país de la región con superávit externo en las actividades de la Economía del Conocimiento, que se exporten consistentemente más de 6 mil millones de dólares anuales y que en el ránking nacional estas actividades ocupen el segundo o tercer lugar solo detrás del agro y en paridad con las exportaciones de automóviles.

Para una actividad directamente vinculada al mundo es muy alentador que Argentina profundice sus relaciones internacionales, tanto para ampliar los mercados de destino de nuestras exportaciones, como para atraer inversiones que radiquen en nuestro país nuevos emprendimientos. En este contexto, desde Argencon consideramos que la firma del Acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea es un paso relevante para consolidar el desarrollo y crecimiento del sector.

Cada una de las actividades de la Economía del Conocimiento deberá hacer una evaluación de las posibilidades que abre este acuerdo para sus negocios en particular. No obstante, aún con las salvedades que merece una comprensión más detallada de lo negociado, merecen mencionarse algunos aspectos que abren expectativas positivas, tales como la eliminación de todas las restricciones para comerciar con un mercado que importa U$S 800 mil millones anuales en servicios, los estímulos que se establecerán para las PYMEs -responsables de gran parte de la exportación de servicios basados en conocimiento-, y el esperable incremento del flujo de inversiones desde Europa a nuestras empresas.

Posicionar a Argentina como un país integrado al mundo que acuerda reglas y asume compromisos razonables mejorará el ánimo de los inversores sobre el riesgo de radicar operaciones en nuestro país. Sólo por poner un ejemplo, hay más de 40 multinacionales que en los últimos 20 años ubicaron centros de gestión corporativa en ciudades de nuestro país para la gestión de sus diferentes funciones de negocio –finanzas, reportes, recursos humanos, informática, etc.-. Estos centros se asignan luego de un profundo análisis de las capacidades que ofrecen los países calificados de cada región, entre los que se destacan Polonia, Filipinas, India, Costa Rica, Colombia, etc., naciones que fortalecen permanente sus políticas públicas para mejorar las competitividad de sus ofertas y capturar el desarrollo económico y social que generan esos centros de alta performance. En este sentido, el Acuerdo con la UE ayudará a mejorar la calificación argentina en esos procesos de competencia entre países creando oportunidades de empleo para decenas de miles de jóvenes profesionales.

El impacto sobre las empresas locales también será positivo. El entendimiento alcanzado con la UE se suma a la reciente sanción de la Ley de Economía del Conocimiento que entrará en vigencia en enero de 2020. La industria del conocimiento ocupa actualmente a casi 450 mil empleos formales y un tercio de ellos se dedican a negocios de exportación en sus distintas verticales. Con los incentivos del nuevo Régimen de Promoción se espera que en la próxima década se creen más de 200 mil nuevos puestos de trabajo directos y una cifra similar en ocupaciones part time y trabajo de freelancers. Buena parte de este incremento se destinará a nuevos mercados como el que ahora representa la UE.

También se creará un ambiente más propicio para la financiación de proyectos tecnológicos con capitales de países europeos, que a su vez se ofrecerán como mercados para los bienes y servicios creados por estos emprendimientos. Este flujo de financiamiento colaborará para el desarrollo de PYMEs exportadoras en actividades como agrotecnología, servicios digitales e informáticos, biotecnología, ingeniería e industrias creativas.

Para capitalizar los beneficios de estas oportunidades será indispensable que la firma de este Acuerdo se complemente con otras medidas de política pública. En primer lugar, es requisito esencial que el Poder Ejecutivo no prorrogue la vigencia de los derechos de exportación a los servicios más allá de su vencimiento en diciembre de 2020. Esta medida es totalmente opuesta al objetivo de abrir nuestra economía al mundo y agrava el costo de nuestras exportaciones poniéndolas en muchos casos fuera de la competencia internacional.

Además, es necesario fortalecer los programas actualmente disponibles de la Agencia de Promoción de Inversiones y Comercio Exterior para potenciar la competitividad y multiplicar la cantidad de empresas exportadoras de base tecnológica, desarrollar nuevos mercados y aumentar el volumen de ventas en diferentes nichos.

Por otro parte, una tarea pendiente que debe afrontarse con nuevos criterios es la vinculación del Sistema Nacional de Ciencias con el mundo productivo. Necesitamos que la innovación fluya hacia soluciones comerciales exportables y se generen servicios de valor creciente y diferencial, condición excluyente para mantener nuestra competitividad en un mundo globalizado.

Será importante también facilitar el proceso de registración de patentes y su reconocimiento internacional para mejorar el valor agregado de nuestras exportaciones y la validez de nuestras innovaciones en productos exportables.

Finalmente y en un enfoque más estructural, es indispensable seguir mejorando los sistemas educativos básicos y universitarios para que la generación de talento sea continua y cada vez más direccionada a los requerimientos de las nuevas tecnologías. Todas estas medidas apuntan a agilizar el ciclo virtuoso de sembrar educación, cosechar talento y exportar servicios, que son la base de la Economía del Conocimiento.

(*) Luis Galeazzi: Director Ejecutivo de Argencon