La Provincia de Buenos Aires y la Economía del Conocimiento

Escribe Carlos Pallotti, especialista en Políticas Tecnológicas y Desarrollo Productivo

Esta semana, la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires dio media sanción a una ley que adhiere a la ley nacional de Economía del Conocimiento y genera un ámbito de promoción sectorial. Es un proyecto que genera ciertos estímulos fiscales y crea un fondo -ligado a la recaudación- destinado a fomentar la actividad. Los estímulos fiscales provienen de reducir la alícuota de ingresos brutos según el tamaño de las empresas.

Era hora que la provincia empiece a tomar nota de una actividad en la cual se emplean (solo en software) cerca de 50.000 habitantes. Y digo habitantes y no trabajadores, porque la gran mayoría de ellos se emplean en la Ciudad de Buenos Aires, donde las empresas tienen mejores estímulos para instalarse (a fines del año pasado, solo el 30% trabajaba para una empresa radicada en la provincia).

Otras jurisdicciones han sido mucho más proactivas en el impulso del sector, generando políticas públicas muy atractivas para las empresas, incluyendo la eliminación total de ingresos brutos, o la generación de planes de capacitación masiva a sus habitantes.

Este es un sector que viene teniendo un fuerte crecimiento en los últimos años, y obviamente las diferentes administraciones están tratando de atraer inversiones o apalancar el crecimiento de sus empresas nativas. En este sentido la provincia de Buenos Aires, a pesar de ser la segunda empleadora a nivel nacional, ha carecido históricamente de políticas específicas y los números se encargan de demostrarlo.

Veamos algunos datos. El empleo registrado en el sector del software a nivel nacional creció 25,5% (OEDE), mientras que en la provincia de Buenos Aires sólo el 9,3%. ¿Y dónde fueron los empleos que la provincia perdió? En gran medida a la ciudad de Buenos Aires, pero también a Mendoza, Córdoba, Santa Fe, San Luis y otras provincias (todos por encima de la media nacional). Es decir, la provincia no solo perdió participación, sino que perdió un importante ingreso a las arcas provinciales y a la economía en su conjunto.

Y no porque falten empresas o entidades asociativas. En Mar del Plata, Tandil, La Plata, Bahía Blanca, entre muchas otras jurisdicciones, hay un fuerte trabajo sectorial. Sin embargo, la provincia ha sido un ausente inexcusable.

Hay que decir también que es rara esta promoción que fija tasas de ingresos brutos diferentes según el tamaño de las empresas, dejando prácticamente afuera las de mayor tamaño, que si bien tienen la mayor capacidad contributiva, son también las que producen el mayor número de empleo. Es -además- un desincentivo para crecer, porque cualquier micropyme que saque las cuentas, en cuanto crezca se trasladará a otra jurisdicción donde no hay este tipo de gravámenes.

Ahora espero que la provincia implemente planes de capacitación en habilidades digitales y programación, que es la más genuina de las promociones en sectores cerebro intensivos, como ya quedó demostrado en otras provincias argentinas.

Y también espero que se sancione pronto en el senado -y especialmente que se reglamente-, porque la anterior ley provincial que adhería a la ley de software, nunca llegó a implementarse. No por nada las cosas están como están.

(*) Carlos Pallotti: Especialista en Desarrollo Tecnológico y Productivo