A 25 años de un hito: el legado de Motorola en Córdoba y el nacimiento de un polo tecnológico

"Nos dio la confianza de que desde Córdoba podíamos hacer tecnología de nivel mundial"

Lo que comenzó como una apuesta audaz en un país con una industria tecnológica incipiente, se convirtió en uno de los capítulos fundacionales más importantes de la economía del conocimiento en Argentina. Hace 25 años, el 20 de junio del 2000, Motorola, en conjunto con los gobiernos provincial y municipal, firmaba el acuerdo para instalar su primer Centro de Desarrollo de Software en Sudamérica. Un año más tarde, nacía el Motorola Argentina Center for Software (MACS) en Córdoba.

La llegada de la multinacional estadounidense no solo significó una inversión inicial de 10 millones de dólares y más de 250 puestos de trabajo directos. Supuso un cambio estructural y cultural que reconfiguró el mapa productivo de la provincia, sembrando las bases del ecosistema tecnológico que hoy emplea a más de 63.000 personas en Córdoba.

Diego Rubio, Alfredo Edye, Cecilia Mariani, Álvaro Ruiz de Mendarozqueta y Guillermo Colsani
Diego Rubio, Alfredo Edye, Cecilia Mariani, Álvaro Ruiz de Mendarozqueta y Guillermo Colsani

Una visión pionera


En un momento en que la industria del software argentina apenas comenzaba a asomar, Motorola apostó por el talento local. Lo hizo con visión global y estándares de clase mundial. Fue el primer centro en el país en alcanzar certificaciones como CMM nivel 5 y CMMI nivel 5, y formó a más de 150 profesionales con certificaciones en tecnologías clave como Java y C, en colaboración con instituciones locales como la UTN, la UNC, la Blas Pascal y el Instituto Universitario Aeronáutico.

“Desarrollábamos software con calidad internacional, trabajando codo a codo con equipos en Estados Unidos, India y Europa. Nos dio la confianza de que desde Córdoba podíamos hacer tecnología de nivel mundial", recuerdan ex integrantes del equipo como Guillermo Colsani, Álvaro Ruiz de Mendarozqueta, Diego Rubio, Cecilia Mariani, Alfredo Edye, Erika Clark y Sebastián Gáname, reunidos para celebrar el 25 aniversario.

El impacto más allá de los números


Aunque Motorola cerró su centro en 2012, su huella sigue viva. Más de 500 profesionales pasaron por sus oficinas. Muchos de ellos fundaron sus propias empresas, emigraron para continuar carreras globales o lideraron la llegada de nuevas multinacionales al país. Lo que comenzó como un centro de desarrollo se convirtió en una escuela de talento, visión y calidad.

"El verdadero legado de Motorola fue cultural. Nos enseñó una forma de hacer tecnología con foco en la excelencia, el trabajo en equipo y la mirada global. Es una semilla que sigue germinando en muchas empresas cordobesas", afirman los organizadores de una conmemoración que tendrá su punto culminante en una cena de reencuentro y en la publicación de un libro con testimonios y documentos de aquella etapa.

De semilla a ecosistema


En 2000, la industria del software en Argentina facturaba solo 190 millones de dólares. Hoy, la Economía del Conocimiento representa uno de los principales motores de desarrollo del país. En Córdoba, el sector representa el 11,2% del empleo formal, con más de 3.000 empresas activas.

Este desarrollo no se explica sin recordar aquel primer gran impulso. "Cuando arrancamos, era solo una idea. Con el tiempo nos convertimos en protagonistas de una historia colectiva que transformó nuestra vida profesional y la ciudad", expresan ex colaboradores.

A 25 años de su llegada, Motorola se resignifica no solo como un actor clave del pasado, sino como un símbolo de lo que es posible cuando se conjugan decisión política, inversión privada y apuesta por el conocimiento.