La inclusión digital comienza con la inclusión social

Por Leandro Piñeiro
Este concepto resume la idea que intentaron transmitir los panelistas que participaron de Redes de Gobierno 2007, una serie de conferencias y workshops organizados por Grupo Convergencia.

Durante los días 26 y 27 de junio, el Grupo Convergencia organizó una serie de conferencias, foros y workshops que dieron lugar a Redes de Gobierno 2007. En su tercera edición, el evento contó con representantes del sector público y privado, quienes dieron a conocer sus proyectos en redes de comunicaciones apostando a las soluciones de Gobierno Digital.

Uno de los ejes centrales de las conferencias fue la problemática de la exclusión digital y la brecha digital. De este tema se encargó de profundizar Patricio Carranza, representante de la Fundación Proydesa (Proyectos y Desarrollos Argentinos) al iniciar su ponencia dentro del panel "IT y Gobierno". Para hacer foco en la cuestión, Carranza abordó la problemática desde el punto de vista sociotecnológico. Para esto, tomó como referencia las últimas mediciones realizadas por INDEC en los hogares, donde se incluyeron preguntas relacionadas al equipamiento tecnológico de los censados.

Según Carranza, la cantidad de equipamiento tecnológico, relacionado con la calidad de los materiales con los cuales está construida una vivienda puede tomarse como un indicador sociotecnológico para medir el nivel de inclusión digital de una persona. Las estadísticas arrojaron que el 97% del total de computadoras se encuentra en los hogares CALMAT I (índice de mayor calidad de material de construcción, siendo CALMAT IV el más precario) y que las conexiones a Internet sólo están accesibles para este tipo de estructuras.

Con la presentación de esos datos duros, Carranza caló sobre la cuestión al explicar las diferencias entre brecha digital y exclusión digital. El primer caso, según el especialista, se resolvería a partir de estrategias inteligentes en cuanto al uso y distribución de tecnología. En cambio, el caso de la exclusión digital es mucho más complejo de solucionar ya que incluye cuestiones sociales fuertemente arraigadas. Para ambos casos, la alfabetización digital es una buena herramienta de combate, destacó.

Para explicar gráficamente su idea, Carranza se remitió 30 años atrás, cuando HP, Texas Instruments y Casio, luchaban por dominar el mercado de las calculadoras programables. La historia terminó con un triunfo por parte de Casio debido al lanzamiento de su dispositivo junto a un fuerte sistema de capacitación en universidades y ámbitos educativos, lo cual democratizó en cierta medida el conocimiento en materia de programación de la calculadora y la tornó accesible al usuario. Luego, esta estrategia influiría notablemente en las ventas de la compañía.

Otro de los especialistas que integró el panel de IT y Gobierno, fue Adrián Rozengardt, director general adjunto de Niñez y Adolescencia, de la Ciudad de Buenos Aires, quien centró su ponencia en su experiencia con los paradores electrónicos que abrió el gobierno para los chicos en situación de calle. Siguiendo la misma línea que Carranza respecto a la importancia de la inclusión social como punto de inicio para lograr la inclusión digital, Rozengardt centró su conferencia en el caso de los jóvenes de 7 a 18 años que viven en la calle, y que pasaron a reintegrarse socialmente gracias a las tecnologías de la información.

Hace unos meses, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires instaló dos paradores electrónicos o cybers (uno cerca del Obelisco y el otro por Boedo), que son parte de un programa de reinserción social encabezado por un equipo móvil de 100 operadores que se desplazan por la ciudad, identificando a los chicos de la calle. Una vez que el chico ingresa al programa, los operadores ofrecen, dentro de otros mecanismos de contención, la posibilidad de acudir a los cybers para recibir capacitación y educación como herramienta para alejarlos de la vida en la calle.

Luego de semanas de trabajo, con un total de 267 jóvenes nucleados en los paradores electrónicos, el programa de reinserción realizó un estudio sobre la relación de los chicos de la calle e Internet. Según los resultados, el 98% de los chicos que viven en situación de calle utilizan Internet, el 95% de ellos se conectan desde un cyber, siendo los juegos, chatear y escuchar música, las actividades más realizadas.

Otros datos relevados por el programa aseguran que el 50% de los chicos de la calle poseen casilla de correo, y un 22% tienen un perfil en Fotolog, lo cual instala una particular paradoja: los chicos de la calle no tienen vivienda pero si una cuenta de correo, una suerte de lugar virtual propio, y su identidad, se forja y refuerza por su existencia en la red.


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