Buscando el 100%

Escribe Enrique Carrier sobre la conectividad en Argentina

Artículo publicado en ComentariosBlog.

Aplicar en Argentina un modelo de país digital necesita que todos sus habitantes tengan la posibilidad de conectarse de manera más o menos sencilla. Para lograr esto, hace falta llevar el acceso a toda la población, independientemente de su localización geográfica. Esto es un desafío no menor, particularmente en un país que figura en el 8º lugar en extensión geográfica pero con una población que lo ubica en el puesto nº 212 en términos de densidad (considerando países y territorios).

La baja densidad no es el único problema. Se ve potenciada por la distribución desigual, donde ¼ de la población vive en el AMBA (CABA y Gran Buenos Aires), otro ¼ vive en 3 provincias, otro ¼ en 6 provincias y el ¼ restante en 14 provincias.



A su vez, las diferencias en la densidad de población influyen en la calidad de los accesos. Mientras que en ciudades grandes ya hay ofertas de 100, 300 o 500 Mbps (con fibra óptica o cablemódem), a medida que las localidades son menos pobladas y la población más dispersa, las ofertas bajan sensiblemente en su capacidad, siendo habitual que se recurra a accesos inalámbricos de 3 o 1 Mbps. Hay excepciones, con PyMEs y cooperativas desplegando fibra en la medida en que estén cerca de algún backbone que les acerque suficiente capacidad.

Con un 57% de los hogares del país conectados por banda ancha fija, la brecha de conectividad de los argentinos es cubierta (parcialmente) a través de las redes móviles. Pero si bien éstas llevan acceso a entre 3 y 4 millones de personas sin Internet fija en su hogar, tampoco llegan a proporcionar una cobertura total.

En este sentido, el objetivo del gobierno para este año es llevar 4G al 92% de la población (no del territorio). Si bien no es una meta menor, no resulta suficiente. Ese 8% no cubierto representa casi 4 M de personas. Una forma de dimensionarlo gráficamente es que esa cantidad de personas equivale a la población de toda la Patagonia, La Pampa y San Luis combinadas.



Está claro que no es económicamente viable cubrir al 100% de la población con las redes tradicionales. Aquí es donde podría jugar su rol la tecnología móvil en 450 MHz, cuyo proceso de asignación en curso tuvo varios idas y vueltas. De todos modos, no puede decirse todavía que ésta sea una tecnología salvadora, particularmente si se pretende conectar personas, debido a que su capacidad no es apta para las exigencias actuales, mucho menos futuras. Aunque claramente es mejor que nada.

Así, la tecnología que surge como la más indicada para cubrir zonas alejadas (y no tanto) es la satelital, la cual ha hecho grandes avances en los últimos años (tal como lo hizo la móvil y la fija), existiendo distintas alternativas tecnológicas para ofrecer cobertura y capacidad a un precio no muy superior al de opciones cableadas. Sin embargo, años de políticas de cielos cerrados hicieron que los lanzamiento de satélites cubriendo la región realizados durante ese tiempo apuntaran sus antenas hacia países limítrofes pero no a Argentina, donde no podían operar. Se privilegió el desarrollo tecnológico nacional, aunque al costo de una menor conectividad de la población. Hoy la situación es distinta, y cualquier satélite puede pedir autorización para operar en el país. Pero los tiempos de poner en órbita y en condiciones funcionales un satélite no son inmediatos, por lo que la oferta satelital podría comenzar a cambiar seriamente recién a partir del 2021. Mientras tanto, habrá que seguir avanzando con lo que hay.

(*) Enrique Carrier: Analista de mercado especializado en Internet, informática y telecomunicaciones, con más de 20 años de experiencia en el sector tecnológico. Además, es el editor de “Comentarios”, el newsletter semanal y blog de Carrier y Asociados