e-Mail, el principal elemento de prevención de fraudes electrónicos

Escribe Luciana Lello, General Manager de Emailage America del Sur

Actualmente todas las personas que utilizamos internet contamos con una identidad digital creada con base en los datos históricos de las consultas que realizamos, nuestra geolocalización, la IP, así como el dispositivo que preferimos utilizar para acceder a la web; sin embargo, dicha identidad también incluye información personal, como nombre completo, teléfonos, empresa en la que se trabaja, entre otros datos sensibles.

La mayoría de estos datos se consolidan en un correo electrónico, que finalmente se convierte en el único dato que la mayoría de las empresas solicitan a través de sus sitios de ventas online para ofertar y vender sus productos o servicios. De acuerdo con cifras de Emailage, en la actualidad 19% de las compañías utiliza como principal herramienta de validación de identidad el email de sus consumidores, 14% lo hace a través de la validación de su dirección postal y 10% por medio de sus redes sociales.

Pero ¿qué pasa cuando la identidad digital detrás de una dirección electrónica es falsa? ¿cómo pueden las empresas prevenir fraudes ante la demanda cada vez mayor de operaciones de e-commerce?

Evadir el fraude es un desafío diario para las empresas, sin embargo, ante el incremento de las demandas durante fechas específicas, las empresas deben equilibrar la atención y el cuidado de la experiencia de compra de sus clientes, además de evaluar eficientemente los datos de compra de sus clientes para no ser víctimas de un fraude.

En Argentina, por ejemplo, se facturaron $229.760 millones a través de eCommerce en 2018[i], cifra bastante significativa que demuestra la importancia de proteger ese tipo de transacciones, aunque la realidad es que todas las empresas son susceptibles de ser víctimas de fraude. Por ello, es necesario que los directivos inviertan en las herramientas correctas que les permitan realizar un análisis completo de riesgo de fraude en línea, para que, de forma predictiva evalúen los peligros que representa la identidad digital de una persona con base en cada uno de los mails que registran en sus bases de datos.

De esta forma, cuando una institución se protege contra el fraude, los defraudadores migran a otras empresas que aún no están protegidas, sin importar la industria a la que pertenezcan o el tamaño de la compañía, por lo cual, es fundamental contar con una estrategia digital en pos de prevenir riesgos y con ello reducir pérdidas.

(*) Luciana Lello: General Manager de Emailage America del Sur