La aprobación de la Ley de Medios sacó a flote la posición del cuarto poder
13 de Octubre de 2009Mientras que el Senado discutía uno a uno los artículos del proyecto, los principales periódicos decidían con qué línea editorial tratar la votación
En la madrugada del sábado, el Senado convirtió en Ley al proyecto de Servicios de Comunicación Audiovisual, que reemplazará a la actual Ley de Radiodifusión (22.285), sancionada en 1980, durante la última dictadura cívica militar. A las 2.30, tras más de 14 horas de debate, se realizó la votación, en la que el oficialismo y otros partidos consiguieron por 44 sufragios contra 24 la aprobación en general de la norma. A medida que los legisladores continuaron discutiendo en particular cada uno de los artículos, en las redacciones de cada diario se jugaba un partido aparte, decidiendo con qué línea editorial se trataría este tema.

El Grupo Clarín, uno de los principales holdings mediáticos afectados por la nueva Ley, ya que se verá obligado a desprenderse de varias de sus licencias de radio, televisión abierta y señales de cable, tituló en su periódico que “Kirchner ya tiene la Ley de medios”. En la bajada, señaló que la sesión en la Cámara Alta se llevó a cabo “en medio de un clima de denuncia y sospecha”, y que uno de los senadores que apoyó la propuesta fue “un bussista” (ver artículo).
En el cuerpo de la nota, el autoproclamado gran diario argentino sostuvo que la norma “otorga al Gobierno un fuerte control sobre los medios”, gracias a que la Autoridad de Aplicación tendrá mayoría oficialista durante 4 años, y volvió a remarcar el “clima de sospechas y denuncias por el cambio de postura” de “la cobista correntina María Dora Sánchez y el bussista tucumano Carlos Salazar”.
A continuación, expuso cuáles fueron las objeciones que presentaron la UCR, Adolfo Rodríguez Saá, y que “más de 15 senadores advirtieron sobre la inconstitucionalidad de la norma”. Al tratar la actitud del oficialismo, hizo hincapié en que los legisladores hicieron “extensos relatos” sobre cómo los tratan los medios, cuando no estaba en discusión “las opiniones del periodismo independiente”.
En cambio, La Nación tuvo una posición más de tinte informativo. Tituló “El kirchnerismo logró aprobar en general la nueva ley de medios”, y en el copete destacó que obtuvo 44 votos a favor, incluyendo “a una radical y otros opositores que habían cuestionado la norma”, y que la oposición, pese a haber planteado varias objeciones, no logró juntar los sufragios necesarios para imponerse.
Ya en la nota, sostuvo que el oficialismo consiguió el apoyo para sancionar la Ley “a cambio de promesas de beneficios fiscales y financieros” para las provincias de los legisladores, y que en la Plaza del Congreso unas 5.000 personas celebraban la votación, “con un festival de música organizado por el Gobierno”.
Además, remarcó que si bien la oposición planteó “un arsenal de críticas a una docena de artículos”, el kirchnerismo estaba en condiciones de cumplir el objetivo de la presidenta Cristina Fernández de que se aprobara el proyecto tal como ingresó al Senado, y que defendió “a capa y espada” la iniciativa girada por Diputados “con fuertes embates contra los medios de comunicación, a los que acusó de tergiversar la realidad y de ser cómplices de los poderes económicos concentrados”.
Luego, reflejó que en el debate también se habló de uno de los motivos que impulsó al gobierno kirchnerista a llevar adelante la sanción de un nuevo marco jurídico en materia de radiodifusión: su pelea con el Grupo Clarín. Citó a la senadora Delia Pinchetti (Bloque Tucumán), quien dijo que "se ha montado una suerte de ring público donde en un extremo está el Gobierno y en el otro el Grupo Clarín", y a María Eugenia Estenssoro (Coalición Cívica), que le reprochó al kirchnerismo los beneficios que le otorgó a esa empresa hasta la ruptura total de relaciones (ver artículo).
Desde la otra vereda, Página/12 tituló “Más voces, más votos”, y la primera fuente que citó –a diferencia de Clarín y La Nación- fue la del jefe del bloque del oficialismo, Miguel Angel Pichetto, quien expresó que si bien la Ley “no es perfecta, es un paso gigantesco”. Luego, dio lugar a las posiciones del presidente de la UCR, Gerardo Morales, uno de los principales opositores a la Ley, y el socialista Rubén Giustiniani, quien en esta oportunidad acompañó al Gobierno por “la convicción partidaria de terminar” con la norma de la dictadura.
Luego, se centró en “uno de los escasos momentos de tensión”, cuando el vicepresidente Julio Cleto Cobos se mostraba nervioso a poco de que venciera el plazo para reunir el quórum para sesionar, y Michetto y José Pampuro “se acercaron para calmarlo”. Y el periódico detalló que ya desde la tarde en la oposición “había resignación” sobre el resultado de la votación en general, y que ahí comenzaron a hablar de revisar la Ley tras el recambio legislativo en diciembre(ver artículo).
Lucha de titanes
En cambio, Crítica de la Argentina remarcó que “Con la ley de medios sancionada, Néstor Kirchner festejó su resurrección”, y que ahora “la avanzada K sigue: va por Papel Prensa y las telefónicas”. La nota, por su parte, comienza señalando qué senadores de la oposición apoyaron el proyecto, llegaron tarde (Emilio Rached) o “sorprendieron” con su ausencia (Carlos Menem), en el marco de una “saga de negociaciones extrañas que ensombrecieron todo el trámite parlamentario”.
Inmediatamente, el matutino apuntó su enfoque a que la iniciativa nació en marzo, cuando el kirchnerismo fue derrotado en Catamarca, cuando fue la primera ocasión que el ex Presidente dijo “qué te pasa, Clarín”, y que el diario del multimedio “es uno de los objetivos que esconde la Ley de medios”. Advierte que “no es el único”. “Es la batalla que el kirchnerismo quería ganar. El triunfo que no consiguió en la elección parlamentaria del 28 de junio, ni tampoco cuando envió a las cámaras legislativas la aprobación de la resolución 125”.
“Néstor pelea contra los medios de comunicación que no reflejan la realidad kirchnerista. Esa que definen como de crecimiento económico a tasas chinas. Tal vez esto explique la mística que los más enfervorizados voceros del kirchnerismo mostraron a la hora de defender la iniciativa”, afirmó el periódico(ver artículo).