La importancia de la conectividad en una sociedad integrada

Escribe Juan P. Casal, ELAR Commercial Director - Enterprise & Public Sector Business, en Intel

La conectividad es vital para el mundo moderno. Hoy en día, es la que nos habilita a interactuar, trabajar, estudiar, y comprar, entre muchísimas otras cosas. Su evolución ya excede el plano humano, para también comenzar a conectar cada vez más dispositivos entre sí.

El aumento de la conectividad inalámbrica 5G brinda velocidades casi 100 veces mayores que la 4G, reduciendo la latencia a una pequeña fracción, y posibilitando la conexión concurrente de muchos más dispositivos que la generación anterior. Este conjunto de capacidades, permitirá la conexión entre cientos de miles de nuevas máquinas y dispositivos, permitiendo que los datos se intercambien fácilmente, abriéndole nuevas puertas al cómputo en el borde de la red, y sus casos de uso asociados como la realidad virtual o la video analítica.

Esta “conectividad universal” hace que las empresas puedan recopilar, almacenar, movilizar y analizar enormes volúmenes de datos, habilitando el diseño y la entrega de modelos de negocio, productos, y servicios innovadores. Desde Intel, por ejemplo, hemos ayudado a Nokia a lanzar su primera solución de borde industrial, pionera en su mercado. Esto les permite a nuestros clientes acelerar sus iniciativas de digitalización y avanzar en su camino hacia la Industria 4.0, personalizar las experiencias de los clientes, anticipando sus necesidades, y mejorándoles su vida cotidiana.

Los beneficios de esta conectividad no son exclusivos al sector privado, si no que aplican también a los gobiernos. Pensemos en la extensión de los despliegues geográficos de los territorios bajo los cuales un gobierno tiene responsabilidad, y las cantidades de personas empleadas por el sector público en el mundo, distribuidas entre estados, provincias, ministerios, cada uno con sus particularidades, procesos, e infraestructura. Contar con un grado de conectividad, en todo un territorio nacional, que permita conectar cada vez más personas y dispositivos, maquinarias, y elementos desplegados en una ciudad o país, semáforos, sensores, cámaras, maquinaria, eleva las posibilidades de gestión pública a otro nivel.

El despliegue generalizado de las redes 5G se está acelerando, con estimaciones sugiriendo que para 2025 cubrirán un tercio del mundo. Como resultado, las organizaciones se están preparando ahora para explotar las nuevas capacidades habilitadas por las redes móviles ultrarrápidas. Para ejemplificar, Accenture estima que el 5G tiene el potencial de crear o transformar unos 16 millones de trabajos sólo en los Estados Unidos, a través de todos los sectores de la economía, lo que incluye trabajos de tiempo completo, parcial y temporales. Esto representaría más del 10% de las posiciones existentes allí hoy en día.

Para lograr esta conectividad omnipresente, se debe crecer en puntos de presencia más cercanos a los usuarios, lo que también demanda redes más extendidas, y con niveles de programabilidad y virtualización mucho mayores, que permitan optimizar y acelerar su manejo, adaptación, remediación, y flexibilidad, a la par de los requerimientos cada vez más dinámicos y crecientes de los clientes. Existirán cada vez más nuevos casos de uso habilitados por software, y las redes deberán poder seguir, sostener y potenciar este paso de avance. Se vuelve clave entonces la apuesta al cómputo escalable y optimizado para ciertas cargas de trabajo, la aceleración, el software, y por detrás de todo esto la inteligencia artificial.

Desde Intel, estamos profundamente comprometidos a seguir este camino, con el objetivo de hacer más accesible este conjunto de tecnologías a todas las personas, empresas y gobiernos del planeta tierra.




(*) Juan P. Casal: Director Comercial para Sector Público y Privado, en Intel Latinoamérica