Y un día llegó

Escribe Enrique Carrier sobre la subasta por los bloques de frecuencias de espectro para 5G

Artículo publicado por Enrique Carrier en Comentarios.info.

Finalmente, esta semana se realizó la subasta por los bloques de frecuencias de espectro para 5G. Tal como se esperaba, Claro y Personal ofertaron cada uno por un bloque de 100 MHz, mientras que Movistar lo hizo por uno de 50 MHz, quedando de este modo otros 50 MHz vacantes. La subasta se realizó sin sobresaltos. Es más, los operadores comentaron lo prolijo y claro de la misma, destacando el trabajo de los profesionales del Enacom. Un mimo mutuo luego de tantas tensiones previas.

Por supuesto que, a dos días de las elecciones presidenciales que posicionaron al candidato oficialista y ministro de economía como uno de los contendientes del ballotage (a realizarse el 19 de noviembre), la subasta cerró con un acto de campaña de éste. No era de extrañar: era una forma de mostrar confianza en Argentina en tiempos de precariedad macroeconómica, con empresas dispuestas a invertir mucho dinero. ¿Cuánto? Y, depende de cómo se lo mire.

Es objetivo que el gobierno no pudo alcanzar su meta inicial de más de US$ 1.050 M, considerando el precio base de cada bloque por US$ 350 M. Movistar alteró los planes, ofertando tan sólo por un sub-bloque de 50 MHz. Así, finalmente fueron US$ 875 M. Pero no se trató de un ingreso de divisas para el Tesoro Nacional, ya que los pagos pueden hacerse en pesos, al tipo de cambio oficial del MULC (Mercado Único y Libre de Cambios, que no es único ni libre, pero bueno…). Esos dólares convertidos a pesos terminarán siendo $ 319.812 M (o unos US$ 365 M a valor CCL). De todos modos, las empresas usaron una combinación de pesos en caja con ingresos de dólares desde el exterior a valor CCL, convertidos a pesos a la cotización de $ 874,40. Así, cada dólar ingresado del exterior a CCL terminó siendo equivalente, luego de su conversión a pesos y contabilizado como dólar al valor MULC, a US$ 2,40. La magia del cepo y la variedad de valores del dólar (y la brecha entre éstos).

De todos modos, sigue siendo un ingreso genuino de pesos para el Estado, aunque no suma dólares a las arcas. Por todo esto, se entiende que el gobierno en campaña haya hablado de una recaudación de US$ 875 M, aunque es engañoso. Es apenas un valor contable. Lo concreto es que, gracias a las diferencias de cambio, el valor del espectro estuvo finalmente dentro de los precios que surgían de los benchmark internacionales, que lo ubican en un intervalo de entre US$ 100 y 150 M por cada 100 MHz. Los US$ 350 M de precio base de cada bloque de 100 MHz, convertidos a pesos al MULC y vuelta a dólares CLL, arrojan un valor de US$ 146 M. Dentro del intervalo.

Así, dos días después de la subasta, con la publicación de los resultados en el Boletín Oficial, comenzaron a correr los 15 días hábiles para efectuar el pago. Ante una eventualidad que podría alterar el valor de dólar MULC (cosa que difícilmente suceda antes del ballotage), las empresas tienen interés en pagar lo antes posible y evitar sorpresas.

Concluido el proceso de asignación de espectro, es de esperar que antes de fin de año ya tengamos las primeras radiobases 5G funcionando. Cabe recordar que ya hay varias operando en 5G, pero con tecnología DSS (Dynamic Spectrum Sharing o compartición de espectro dinámica), que lo hace en las bandas destinadas a 4G y sin muchas de las características de 5G. Como sucedió en todas partes del mundo, se arrancará con 5G NSA (o Non Stand Alone) que básicamente utiliza el core (o núcleo) de la red 4G con radiobases 5G. Se trata, simplificando, de una especificación de transición entre el 4G y el 5G, que ofrece mayor velocidad y mejores servicios móviles en comparación con las redes 4G, pero no aprovecha todo el potencial del 5G. Para ello hace falta contar con una red 5G SA (Stand Alone). Esta ofrece velocidades de descarga mucho mayores y una latencia significativamente más baja en comparación con el 5G NSA. Además, proporciona una mayor inteligencia y mejores prestaciones en la red. El 5G SA es una arquitectura independiente que requiere un cambio más drástico en la infraestructura de red. En este caso, tanto el núcleo de la red como la tecnología de acceso de radio se actualizan para soportar completamente el 5G. Para contar con un 5G SA que habilita todas las virtudes de esta generación habrá que esperar unos años (de hecho, la mayoría de las redes 5G en operación en el mundo son NSA).

Por lo tanto, aunque la asignación del espectro para 5G haya tenido lugar esta semana, los beneficios profundos de esta tecnología demorarán en llegar. Roma no se construyó en un día. La red 5G, tampoco.

(*) Enrique Carrier: Analista de mercado especializado en Internet, informática y telecomunicaciones, con más de 20 años de experiencia en el sector tecnológico. Además, es el editor de “Comentarios”, el newsletter semanal y blog de Carrier y Asociados