Las buenas prácticas promueven la IA responsable

Escribe Daniel Sibille, director senior de Compliance para Oracle Latinoamérica

La llegada de la IA Generativa cambió nuestra vida para siempre y ha generado revuelo porque logra realizar acciones que tomaban horas o días, en segundos. A diferencia de lo que se suele creer, la IA no es una tecnología que nació con ChatGPT, pero este llegó como la demostración pública de lo que las organizaciones y empresas llevan años trabajando.

La adopción de tecnología seguirá siendo un motor clave de la transformación empresarial en los próximos cinco años. Más del 85% de las organizaciones encuestadas identifican el aumento de la adopción de tecnologías nuevas y de vanguardia y la ampliación del acceso digital como las tendencias con más probabilidades de impulsar la transformación en su organización. Estos hallazgos provienen de un informe titulado "El Informe sobre el Futuro del Empleo 2023", realizado por El Foro Económico Mundial, el cual detalla que la adopción de esta tecnología por parte de las empresas implicará la automatización de más del 42% de las tareas ejecutadas en cada organización. Este crecimiento se debe a varios factores, entre los que destacan la creciente disponibilidad de datos, la mejora de las capacidades de procesamiento y la reducción de los gastos de la IA. Sin embargo, aún existen desafíos que deben ser superados para que la IA se despliegue de manera más amplia en la región. Los principales retos son la falta de conocimientos técnicos y la disponibilidad de recursos financieros.

A pesar de estas dificultades, algunas empresas latinoamericanas están liderando la adopción de la IA. Colombia y México se han destacado como líderes en la adopción de esta tecnología, con un 84% y 83% respectivamente. Por otro lado, Chile y Brasil se sitúan por encima del 67%, mientras que Perú y Argentina han mostrado una actitud más cautelosa hacia el potencial de la IA.

La IA se está utilizando cada vez más en las empresas latinoamericanas para mejorar la eficiencia operativa, automatizar tareas repetitivas y proporcionar análisis avanzados. Los sectores que más están adoptando esta tecnología son los servicios financieros, el sector público y la industria.

El uso de la IA tiene el potencial de aportar muchos beneficios, como una mayor eficiencia, precisión mejorada y toma de decisiones más rápida. Sin embargo, su uso también plantea importantes problemas éticos y sociales, preocupaciones como el potencial de discriminación, pérdida de empleos y la concentración de poder y riqueza en manos de unas cuantas grandes empresas. Es esencial, por tanto, adoptar un enfoque ético y transparente para su desarrollo e implementación. Este enfoque incluye garantizar que los sistemas de IA estén diseñados y entrenados de una manera que evite prejuicios y discriminación y están sujetos a una supervisión y regulación adecuadas.

Para garantizar la ética en la IA, es crucial incorporar el principio del consentimiento informado en la recolección de datos. Los usuarios deben estar conscientes y de acuerdo con cómo se utilizan sus datos, reforzando así la transparencia y la confianza en estos sistemas. Además, la educación y concienciación del público sobre la IA no solo es vital para la fuerza laboral, sino también para que la sociedad en su conjunto comprenda y se involucre con esta tecnología de manera informada y crítica.

En relación con la responsabilidad y la rendición de cuentas, es fundamental establecer mecanismos claros que permitan a los desarrolladores y usuarios de sistemas de IA ser responsables de sus acciones y decisiones. Esto incluye tener procedimientos claros para manejar situaciones de mal funcionamiento o uso indebido de la tecnología.

Otra consideración importante es el impacto ambiental y la sostenibilidad de los sistemas de IA. Con el creciente uso de recursos para operar y mantener estas tecnologías, es esencial abordar su huella ecológica y buscar maneras de minimizar su impacto en el medio ambiente.

La colaboración internacional juega un papel crucial en el desarrollo de normas y regulaciones éticas para la IA, considerando que es una tecnología que trasciende fronteras y culturas. Las empresas, especialmente las grandes tecnológicas, deben tomar la iniciativa no solo para el uso interno de la IA, sino también para acompañar a clientes que ya están incorporando rápidamente esta tecnología. Es esencial alinear el uso de la IA a los valores corporativos, la ciberseguridad y trabajar en los lineamientos que nos entreguen las políticas públicas, directrices que se están discutiendo pero que requieren revisión constante.

(*) Daniel Sibille: Director senior de Compliance para Oracle Latinoamérica