Protegiendo tu vida digital: la importancia de las contraseñas seguras

Escribe Tomás Dacoba Director Senior Regional de Marketing para Veeam en LATAM

Todos los días utilizamos diferentes contraseñas para “ingresar a nuestra vida”: utilizamos biometría o un pin para desbloquear nuestro celular, nuestra computadora o tablet, para ingresar a nuestro correo electrónico, nuestro trabajo, el homebanking, nuestra billetera virtual, el portal de servicios de salud, hasta muchas aplicaciones, pero: ¿cómo sabemos que nuestras contraseñas son seguras?

El 5 de mayo se conmemora el día de la contraseña para recordarnos la importancia de proteger nuestros datos y dispositivos. Para resguardar nuestra información tenemos que ser conscientes de los riesgos de posibles hackeos y debemos utilizar las mejores prácticas para protegernos de posibles amenazas. A continuación, desde Veeam, recomendamos algunos tips para mejorar la seguridad de las contraseñas:

Detener el acceso en la primera instancia


Las personas que utilizan las mismas contraseñas en todas sus cuentas están permitiendo que alguien que pueda comprometer una cuenta obtenga acceso libre a todas sus otras cuentas, en lugar de exigir una clave diferente para cada vez que quiera ingresar. Esta es una práctica muy común porque es lo más “práctico” o simple para memorizar, pero uno generalmente no se toma noción de los peligros que esta práctica implica: sería lo mismo que utilizar el mismo juego de llaves para abrir la puerta de una casa, del departamento de familiares, la oficina o de los hogares de los seres queridos. Porque sea “muy conveniente” no significa que sea la mejor estrategia para nuestra seguridad. Por eso debemos aplicar las mismas reglas al mundo digital (aunque sea muy incómodo): una contraseña o “llave” para cada sitio web.

¿Qué es una contraseña segura?


Una contraseña segura es aquella que te resulta fácil de recordar, pero difícil de adivinar. Esto significa que debe cumplir ciertos criterios que la hagan difícil de descifrar. Sin embargo, es un equilibrio delicado, porque ¡no querés que sea tan difícil que olvides cuál es!

Cómo crear una contraseña segura


  1. La longitud es más segura que la complejidad: Aunque la complejidad (el uso de una combinación de caracteres especiales, letras mayúsculas y minúsculas y números) puede hacer que una contraseña sea más segura, también puede hacer que te resulte más difícil recordarla. Si hay que elegir entre una contraseña compleja o una contraseña larga que sea fácil de recordar, la recomendación es optar por una contraseña de al menos 15 caracteres. Según datos del sector, una computadora tardaría 1.000 años en descifrar una contraseña de 15 caracteres con sólo letras en minúscula (frente a una contraseña más corta, de ocho caracteres, que tiene toda la complejidad, pero sólo tarda ocho horas en descifrarse). La longitud es la clave.
  2. Ser creativo: No utilices información personal como parte de tu contraseña ni ningún detalle que pueda adivinarse fácilmente con una búsqueda rápida en internet. Esto incluye evitar números de teléfono o partes de tu dirección. La recomendación es encadenar varias palabras aparentemente aleatorias si no hay un tema común entre ellas. Lo ideal es evitar secuencias numéricas comunes, como 1234, o secuencias de teclado, como asdf.
  3. Utilizar una frase: Una frase de contraseña va más allá de una contraseña y te permite encadenar palabras o quizás sólo seleccionar las primeras letras de las palabras de la frase. Esto puede dar lugar a una contraseña difícil de adivinar, incluso si se utilizan palabras comunes. Un ejemplo que a veces se utiliza en los cursos de formación, pero que nunca debería usarse como contraseña, ya que otros la conocen, es "2 be or not 2 be".

Cómo proteger tu contraseña segura


Para asegurar que tus contraseñas están protegidas, deberías seguir los siguientes consejos:
  1. Cambiar la contraseña con frecuencia: Cambiar las contraseñas puede ser un dolor de cabeza… Pero es una práctica muy importante. Todos nos estresamos cuando el banco nos pide que cambiemos -otra vez- la contraseña del homebanking por ejemplo, pero por algo existen esos protocolos de seguridad. La frecuencia exacta para cambiar contraseñas depende de tu tolerancia al riesgo. Para el trabajo, debes seguir las normas de tu organización en materia de contraseñas. Pero para uso personal, considerá la posibilidad de cambiarlas cada tantos meses. Si crees que tu contraseña ha sido comprometida, cámbiala inmediatamente.
  2. Mantener tus contraseñas en secreto: Las contraseñas están pensadas para garantizar que la persona que accede a una cuenta es la correcta, porque una vez dentro, esa persona tiene acceso a la información, la posibilidad de hacer cambios y posiblemente hacer compras. Por no mencionar que, una vez que alguien conoce tu contraseña, puede utilizarla en cualquiera de sus dispositivos.
  3. Cerrar sesión en sitios web: La comodidad de permanecer conectado a un sitio web es obvia. Pero el inconveniente de que otra persona se haga pasar por vos porque quedaste conectado puede ser un dolor de cabeza mayor que la comodidad percibida. Especialmente si utilizas un dispositivo al que pueden tener acceso otras personas -como la computadora de una biblioteca o incluso el televisor de un familiar mientras estás de visita-, hay que cerrar la sesión de tus cuentas online cuando hayas terminado de utilizarlas. Puede que no estés compartiendo tu contraseña con ellos en texto real, pero sigues compartiendo la capacidad de utilizar esa contraseña como si fueran vos (lo que puede darles acceso a información personal que no pretendías).

Ya sea para la vida personal o laboral, recordá utilizar contraseñas seguras y tomar medidas adicionales para mantenerlas a salvo. No reutilices tus contraseñas únicas, sino que practicá la seguridad de las contraseñas de forma coherente.

(*) Tomás Dacoba: Director de Marketing de Veeam para Latinoamérica