IA para PC: ¿Cuándo es conveniente actualizar el hardware?

Escribe Juan Ignacio Do Porto, Country Manager de Kingston para Argentina, Bolivia y Uruguay

La irrupción de la inteligencia artificial en el mundo del cómputo personal ha generado una ola de expectativas, interrogantes y decisiones anticipadas. Tanto usuarios como empresas se enfrentan hoy al desafío de determinar si llegó el momento de renovar sus equipos, o si aún conviene seguir optimizando lo que ya tienen.

Los llamados “PC con IA” no son solo una etiqueta de moda. Se trata de computadoras que incorporan chips diseñados específicamente para ejecutar tareas de inteligencia artificial de manera más eficiente, mejorando el rendimiento, la seguridad y la personalización del sistema. Aunque las aplicaciones de IA no son nuevas, contar con hardware especialmente preparado para gestionar cargas de trabajo asociadas al aprendizaje automático representa un verdadero punto de inflexión.

Uno de los atributos clave de estos nuevos equipos es la capacidad de gestionar datos de manera selectiva entre el almacenamiento local y la nube. Este enfoque híbrido permite reducir la latencia, disminuir el uso de ancho de banda y reforzar la seguridad, minimizando la cantidad de información que se expone en entornos externos.

Privacidad: un factor decisivo


Las ventajas que ofrece la nube han sido determinantes para el crecimiento de la IA en las empresas. De hecho, gran parte del incremento del 20% interanual en el mercado de servicios de infraestructura en la nube se atribuye al avance de tecnologías vinculadas con IA generativa.

Sin embargo, no todo es beneficio. Muchas organizaciones aún no dimensionan del todo los riesgos de cargar información sensible en modelos de IA públicos. El uso de PC con capacidades de IA integradas permite a las empresas establecer filtros más precisos sobre qué datos compartir y cuáles resguardar de manera local, mitigando así posibles vulnerabilidades.

¿En qué punto nos encontramos ahora con los PC con IA?


El año pasado fue considerado como el “año del PC con IA”, y en 2025 ya es posible ver en el mercado equipos que integran esta tecnología. Pero, ¿para qué la estamos utilizando? Muchas aplicaciones optimizadas para PC con IA se utilizan actualmente para videoconferencias y gestión de proyectos. No obstante, todavía hay mucho desarrollo por delante.

La realidad es que todavía estamos en una etapa temprana. Las capacidades seguirán ampliándose en los próximos años, por lo que es lógico que muchas empresas se pregunten si vale la pena dar el salto ahora o esperar a que la tecnología madure.

¿Cuándo actualizar nuestros sistemas?


Las PC con IA cambiarán nuestra forma de trabajar, por lo que los administradores de TI pueden verse tentados a comprar ya y aprovechar los atributos que ofrece. Sin embargo, algunas empresas pueden optar por esperar, porque la tecnología emergente suele ser más cara al principio, junto con el hecho de que las aplicaciones siguen siendo relativamente limitadas. Sin duda estamos viviendo un momento exploratorio que tendrá multiplicidad de utilidades en el futuro inmediato.

Para aquellas organizaciones que no deseen realizar un recambio completo, una alternativa eficaz es actualizar los sistemas existentes con memorias DDR5 y unidades SSD NVMe de última generación. Esto permite mejorar considerablemente el desempeño, preparándose mejor para las exigencias que plantean las nuevas aplicaciones de IA.

Quienes decidan invertir en nuevos equipos deben prestar especial atención a los modelos que traen componentes soldados a la placa base, ya que eso impide actualizaciones futuras, restringiendo el crecimiento en almacenamiento o memoria.

Mirar hacia adelante


La decisión de actualizar no debe tomarse sólo en función del presente. A medida que los sistemas de IA aprenden de nuestras rutinas, preferencias y hábitos de uso, las demandas sobre almacenamiento y procesamiento irán en aumento. No contar con la infraestructura adecuada puede convertirse rápidamente en un cuello de botella operativo y un gasto adicional no previsto.

Por eso, pensar en el largo plazo, considerar los ciclos de renovación tecnológica y evaluar con precisión los recursos disponibles es fundamental. La IA llegó para quedarse. Ahora nos toca prepararnos para convivir con ella de la mejor manera posible.

(*) Juan Ignacio Do Porto: Gerente General para Argentina, Uruguay y Bolivia de Kingston Technology