Software argentino: entre el despegue exportador y los desafíos para la competitividad global
26 de Agosto de 2025Las exportaciones argentinas del sector se multiplicaron, pero su participación global es marginal debido a restricciones cambiarias y la falta de políticas para la competitividad
La industria del software y servicios informáticos (SSI) de Argentina ha demostrado ser un pilar estratégico de la economía nacional, con un crecimiento exponencial en las últimas dos décadas. Sin embargo, a pesar de su dinamismo interno, el sector enfrenta una serie de obstáculos estructurales que limitan su competitividad y su inserción plena en el mercado global, según revela el nuevo informe realizado por el Instituto de Economía (INECO) de UADE, titulado: Software argentino: del despegue exportador a los obstáculos para la competitividad.
Entre 2006 y 2024 las exportaciones SSI de Argentina se multiplicaron por ocho, alcanzando los USD 2.810 millones en 2024, con una tasa de crecimiento anual del 12,49%. Este sector se ha consolidado como uno de los más dinámicos, generando empleo y divisas de manera consistente, incluso en contextos macroeconómicos adversos, gracias a su alta capacidad de exportación y bajo costo marginal. Esto abarca desde el desarrollo de software a medida y aplicaciones móviles hasta sistemas empresariales complejos, soluciones en la nube, inteligencia artificial y videojuegos, ofreciendo también servicios especializados como consultoría y ciberseguridad.
Julio Martínez, director de la Licenciatura en Comercio Internacional de UADE
"Argentina tiene por delante la oportunidad de consolidarse como un hub tecnológico competitivo, pero para ello es necesario abordar con decisión los problemas estructurales que afectan al sector. Con reglas claras, un enfoque estratégico en capital humano y una política de Estado que promueva la innovación y el desarrollo tecnológico", dijo Julio Martínez, director de la Licenciatura en Comercio Internacional de UADE.
A pesar de este notable desempeño interno la participación de Argentina en el comercio mundial de SSI es marginal. En 2023, el país representó solo el 0,27% del comercio global de SSI, ubicándose en el puesto 38 a nivel mundial. Esta cifra representa una caída significativa desde un pico del 0,59% alcanzado en 2011. El crecimiento global del sector (13,9% anual entre 2017 y 2022) fue muy superior al argentino (4,4% en el mismo período), lo que evidencia una pérdida de dinamismo relativo frente a la expansión de la economía digital a nivel mundial. Factores como las restricciones cambiarias y la falta de políticas favorables son señalados como causas principales de este rezago.
Estados Unidos se consolida como el principal destino de las exportaciones argentinas de servicios de computación, absorbiendo aproximadamente el 12% del total, seguido por China (7,5%), Brasil (5,8%), India (5,7%) y Japón (5,4%). La demanda estadounidense se explica por la compatibilidad de husos horarios, afinidades culturales y el alto nivel de inglés de los profesionales argentinos. Regionalmente, Europa Occidental (con Alemania, Irlanda y Reino Unido) y Asia-Pacífico (China, India, Japón) representan cada una cerca del 25% y 24% respectivamente de las exportaciones.
Sin embargo, el análisis de la balanza comercial de servicios de computación muestra un déficit con la mayoría de los principales socios comerciales, incluyendo Estados Unidos, India e Irlanda. Argentina solo registra superávit con Japón, Australia y Colombia. La mayoría de las exportaciones se realizan bajo el Modo 1 (suministro transfronterizo), que representa el 95% del total, reflejando la naturaleza digital y remota de los servicios.
La brecha de competitividad argentina se ha profundizado debido a una combinación de factores internos y externos:
- Restricciones cambiarias: El "cepo cambiario" implementado en 2011 y 2019 generó distorsiones significativas, desincentivando la repatriación de ingresos y la formalización de operaciones.
- Diferenciación tributaria ausente: Argentina no distingue fiscalmente entre la venta de servicios personalizados (un modelo intensivo en trabajo) y el desarrollo de productos propios (software licenciable con costo marginal mínimo por usuario y propiedad intelectual), lo que desincentiva la inversión en este último modelo de alto valor agregado.
- Ausencia de convenios de doble imposición: La falta de acuerdos con países clave como Estados Unidos, India, Irlanda, Israel, Colombia y Perú genera una doble carga fiscal que afecta la rentabilidad de las operaciones internacionales y no permite a los exportadores deducir impuestos retenidos en el exterior para servicios digitales remotos.
- Facilidad para la deslocalización: La naturaleza digital del sector permite a las empresas, especialmente en contextos de devaluación, trasladar su facturación y propiedad intelectual a jurisdicciones con marcos fiscales más favorables, manteniendo las operaciones productivas en Argentina. Esto se traduce en una subestimación de las estadísticas oficiales y una pérdida de divisas y recaudación fiscal para el país.
- Barreras regulatorias: El Índice de Restrictividad del Comercio de Servicios (STRI) de la OCDE sitúa a Argentina con un nivel moderado-alto de restricción (38,4 puntos en general, y 50 puntos para exportaciones bajo Modo 1), lo que puede limitar la participación de proveedores extranjeros y afectar la competitividad internacional.
Para revertir esta situación y consolidar a Argentina como un hub tecnológico competitivo, el informe propone una agenda de transformaciones indispensables:
- Reforma tributaria: Implementar alícuotas reducidas para regalías y licencias de software, incentivando el desarrollo de productos propios y tecnologías nacionales.
- Nuevos convenios de doble imposición: Urge la firma de acuerdos con socios estratégicos como EE. UU., India, Irlanda, Israel, Colombia y Perú para eliminar la doble imposición y garantizar beneficios fiscales para servicios remotos.
- Fortalecimiento de la Ley de Economía del Conocimiento: Sostener y ampliar sus beneficios fiscales, asegurando estabilidad normativa y previsibilidad para atraer inversiones.
- Reorientación educativa y laboral: No solo formar programadores, sino redirigir la oferta educativa hacia competencias "aguas arriba", como inteligencia artificial, ciencia de datos, algoritmos, investigación fundamental y propiedad intelectual. Esto es crucial ante la transformación digital global impulsada por la IA que reduce la demanda de empleo tradicional.
- Modernización de la fiscalización: Crear un sistema de trazabilidad digital robusto para registrar con precisión los servicios exportados y activos intangibles, complementado con acuerdos internacionales.
- Políticas de repatriación de operaciones: Generar condiciones (beneficios fiscales, estabilidad jurídica) que estimulen el retorno de la facturación y la propiedad intelectual al país.
El sector de SSI es un activo estratégico valioso para Argentina. Con reglas claras, un enfoque estratégico en capital humano y una política de Estado que promueva la innovación, el país tiene la oportunidad de potenciar significativamente su participación en el comercio global de software y servicios informáticos.