Argentina subió 5 puestos en un ranking de competitividad tecnológica

El país ocupó la posición 41, sobre un total de 66, pero se erigió como uno de los referentes de Latinoamérica, siendo superado solamente por Chile y Brasil. La Ley del Software ocupó un papel clave para lograrlo. Resta por mejorar los mecanismos de crédito

Empujada por las mejoras en la infraestructura IT y su histórica estructura de formación de recursos humanos, Argentina consiguió mejorar su performance en el Índice global de competitividad de IT, al escalar cinco posiciones, pasando de la 46 a la 41. Otro saldo positivo fue que el país se consolidó como uno de los referentes del área en Latinoamérica, ubicándose por detrás de Chile y Brasil. Uno de los elementos claves para haber alcanzado estos buenos resultados fue la sanción de la Ley de Promoción de Software.

Es la tercera ocasión en que se presenta este estudio, elaborado por The Economist –por pedido de Business Software Alliance- y que comprendió a 66 naciones. El podio fue para Estados Unidos, Finlandia y Suecia, y su intención es proporcionar a las empresas tecnológicas la información necesaria para saber cómo ser más competitivas, y a los gobiernos, dar pistas para reorientar sus políticas públicas.

Para hacer la investigación se tomaron en cuenta seis variables: El ámbito comercial, la infraestructura de IT, RRHH, el ambiente legal, I+D y el apoyo que recibieron las compañías del sector (productoras de hardware, software y servicios). Argentina alcanzó 36,5 puntos sobre un total de 100, siendo superado por Chile (46,1 puntos) y Brasil (36,6), pero ubicándose por encima de México (32), Colombia (28,4), Perú (26) y Venezuela (24,4).

El saldo a favor

Uno de las áreas en las que se destacó Argentina fue el ámbito comercial, que evalúa las posibilidades de hacer negocios, o de egreso y egreso de divisas, un elemento de gran importancia para una industria de calibre transfronteriza como la tecnológica. En este sentido, jugó un papel clave la Ley de Promoción del Software, al promover empresas con un perfil exportador. “El software no puede subsistir solamente con el mercado interno. Los gobiernos tienen que apoyar al sector, sin generar distorsiones”, afirmó María de Monserrat Guitart Piguillem, abogada de Carranza Torres & Asociados.

Respecto a la infraestructura, se logró bajar de 77% a 72% el índice de piratería, en gran parte gracias al cambio del comportamiento de los usuarios, que migraron a las notebooks con programas preinstalados. Sin embargo, Piguillem advirtió que todavía hay serias dificultades para acceder a crédito. “Los sistemas de financiamiento están pensados para las compañías tradicionales”, explicó. Para poder seguir creciendo en esta categoría, se torna necesario que haya mejoras en el acceso a banda ancha y a smartphones.

Pero sin lugar a dudas, donde se destaca el país en sus Recursos Humanos, fundamentalmente por la estructura educativa que hereda. No obstante, la abogada lamentó el cierre de las escuelas técnicas durante los noventa, que con el tiempo “podrían haber migrado o complementado con nuevas tecnologías”.

A su vez, sostuvo que no sólo hacen falta profesionales con conocimientos en ciencias duras, sino que también posean habilidades comerciales y entiendan al mercado. “Como las empresas de IT pueden fundarse con poco capital, cada estudiante puede ser un emprendedor en potencia”.

Qué falta por hacer. Todavía resta fomentar un registro de patentes barato y sencillo, crear tribunales especializados en la protección de activos intangibles, además de incentivar la I+D. El problema con ésta última es que supone gastos, y no necesariamente genera ingresos a corto plazo. Por último, Piguillem insistió en que es central resolver la falta de financiamiento. “Las empresas argentinas desarrollan software a medida. Son pocas las que ofrecen productos empaquetados”.

Con los ojos puestos en el Senado. Desde el punto de vista de la ejecutiva, el denominado impuesto tecnológico podría generar una caída en la industria SSI porque los ciclos de renovación de equipos se alargarán. Sostuvo que si se aprueba la norma, “en tres años tendremos la misma capacidad de procesamientos, ya que desalentará la inversión”. “La calificación de las notebooks como bienes suntuarios es descabellado”, concluyó.


Más información: www.economist.com, www.bsa.org.