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Made in Argentina: una opinión sobre la fabricación IT

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Hace algunas semanas tuve el gusto de conocer a Alejandro Rozitchner (www.100volando.net), intelectual, filósofo que por estos días estará dando una charla en Resellers 100 (paso el chivo para que mi amigo Kaplan se ponga contento) en Iguazú, de mi querida Misiones, evento que se desarrolló del 23 al 26 de Agosto y que dice agrupar a los 100 más grandes compradores del segmento.

Debo admitir que presencié la charla que dio Rozitchner con mala predisposición. Alejandro fue columnista de Mariano Grondona (gran periodista con cuya ideología no me siento cómodo) y también hizo algunas actividades con Mario Pergollini. La exposición fue una sorpresa ya que habló sobre "La Inteligencia del Entusiasmo" y explicó la diferencia entre Drama y Melodrama. Voy a compartir con ustedes parte de estos conceptos que me llevé de la charla con Alejandro.

Básicamente de lo que se habló en esta charla es del "deseo" y la concreción de ese deseo como búsqueda de la felicidad. En toda búsqueda de un deseo hay inconvenientes o problemas que impiden la concreción de ese deseo (a este problema Alejandro lo llamó Drama). La superación de uno o varios problemas (dramas) es lo que nos lleva a la concreción de ese deseo y por ende a un estado de felicidad.

Ahora bien, cuando no podemos concretar esos deseos (sea el que sea nuestro deseo) por no querer enfrentar los problemas o no saber resolverlos acudimos a lo que Alejandro denominó "melodrama".  Lo curioso del deseo es que cuanto más grande y ambicioso es el deseo (por ejemplo, tener un país con menos pobreza, más competitivo, con mejor infraestructura, mayor seguridad, una economía más robusta, etc, etc) más grandes son los problemas a resolver, porque entendámoslo o no, los problemas (dramas) son parte necesaria del camino hacia la concreción del deseo. 

Este "melodrama" en el que parte de la sociedad suele caer se manifiesta en discursos como: "no podemos tener una industria nacional", "somos unos truchos", "esta ciudad es un quilombo", "la culpa la tiene el gobierno", "la culpa la tiene el clima", e infinitos etcéteras. Esta actitud melodramática lo que hace es recrear el problema, pero no resolverlo. Quizás provenga de allí la famosa frase de que "si no sos parte de la solución sos parte del problema".

No soy ingeniero, tampoco soy economista (de hecho nunca entiendo a los economistas y menos a la economía), para saber las mejores formas de crear una industria nacional. De lo que sí puedo dar fe es de los discursos con respecto a la fabricación de productos TI en la Argentina. Obviamente detrás de todo discurso hay intereses: de los que importan y de los que intentan producir en la Argentina. Pero no me quiero meter demasiado en este tema porque están quienes sufren los avatares de la Aduana Argentina y quienes luchan por intentar fabricar en el país.

Los que me conocen saben que soy un tipo bastante curioso. Una de las cosas que siempre me llaman la atención en mi afán de curiosidad es ver el progreso y la evolución de ciertas cosas. Déjenme ejemplificarlo.

Del 3CV al C4

Soy hijo de padres divorciados. Mi padre se volvió a casar. Teníamos una situación económica delicada. Éramos 7 en una casa para 4. A pesar de eso, en los 80´s, con mucho esfuerzo la familia accedió a un Citroën 3CV. Pasaron 30 años de eso, mi condición social cambió radicalmente. Gracias a la Universidad Pública pude acceder a una educación superior, con suerte, un buen socio y esfuerzo pude crear mi propia empresa.

Hoy tengo un Citroën C4. A veces cuando voy manejando me ataca la melancolía al ver un 3CV. Es ahí cuando me pregunto: "¿Cómo hicieron estos tipos para pasar de la lata del 3CV a esta pieza de ingeniería y tecnología que es el C4?". La respuesta que me doy a mi mismo es: "pasaron más de 30 años de un deseo muy fuerte en tener una industria automotriz, de sortear problemas, de sortear (en el caso de Citroën) dos guerras mundiales, la mayor crisis del mundo y aún así seguir para adelante".

¿A qué viene todo esto? A que creo que uno de los melodramas argentinos por excelencia es no creer en los sueños (¿Será por eso que la campaña de Macri dice: "las cosas suceden cuando empezás a creer"?) y no enfrentar los problemas que esos sueños acarrean. Lo que a veces si somos muy buenos es en maravillarnos del crecimiento Brasilero, de ver las maravillas del modelo americano, europeo o de donde sea. También por otra parte solemos magnificar nuestras habilidades. Digamos que nos cuesta mucho enfocarnos en los hechos de una manera modesta, humilde y persistente.

Intento recrear en mi imaginación lo que le pasaba por la cabeza al Sr.André-Gustave Citroën  cuando comenzó con la fabricación de sus productos. Me imagino que no pensó "pero si en Alemania están haciendo un `automóvil del pueblo`(que es lo que quiere decir Volks Wagen en alemán)" y encima con la ayuda de Hitler", ni tampoco pensó que Henry Ford estaba muchos pasos adelante de él. Confió en su sueño, luchó contra esos problemas, inspiró a otros, apostó e invirtió. Muchos años después se puede admirar los frutos de ese sueño. Narrado de esta manera parece simple. Claro que acá intervienen gobiernos, política y un complejo mundo lleno de dramas.

Seguramente me dirán que era otro mundo, otro contexto, y otras muchas cosas más. Con seguridad haya sido así.

Volviendo al contexto local, creo que hay que aprender a valorar el esfuerzo de nuestros empresarios, esto no quiere decir que aprendamos a tolerar todos sus errores, hay que valorar el esfuerzo de los gobiernos, de las personas que trabajan en las empresas, de la materia gris (que la hay y mucha). Cuando se habla de dar valor agregado olvidamos que somos nosotros quienes damos valor a las cosas y no éstas a nosotros.

Una deuda todavía pendiente es la inversión en Investigación y Desarrollo (del cual me ocupé en el anterior post) que acompañe a la fabricación de estos dispositivos que es lo que casualmente nos daría un valor agregado. En verdad es una deuda pero hay un camino cierto para resolverla: la creación de un Ministerios de Ciencia y Técnica y la creación de la Fundación Sadosky en el barrio de Palermo son pruebas vivas de ello.

Este es un tema que seguramente generará varias posiciones y polémicas. Habrá que enfrentar varios problemas. Por ejemplo, el justo derecho de quiénes quieren abastecerse de otros productos que no se fabriquen en Tierra del Fuego. Además está clarísimo que la tasa de RMA (Return Merchandise Authorization / autorización de devolución de mercancía) y falla de estos equipos será mayor. Esto ya ocurre, puedo poner varias pruebas de nuestros lectores quejándose de celulares made in argentina o notebook made in argentina. Posiblemente sea un  costo de aprendizaje, costo que no se sabe si el usuario actual estará dispuesto a tolerar.

Por otra parte están quienes dicen que "ensamblar" no es "fabricar". Pero aquellos escépticos quizás no sepan que son muy pocas las "marcas" que realmente fabrican. La mayoría se encuentra en China, por no decir el 99% por temas de escala. Las miradas son de las más diversas y todas llevan una cuota de razón. Así y todo,  las marcas están encontrando modelos mixtos: fabricar ciertos modelos en TDF. Esto suena un poco a una negociación para liberar las importaciones de los demás modelos.

La última noticia que tenemos es que Lenovo se sumará como hizo oportunamente HP para fabricar en la isla. Lo preocupante creo es que son muy pocas las empresas que tienen la capacidad de producción, y en lo personal creo que no es bueno que se formen oligopolios con demasiada concentración de marcas. NewSan junto a BGH parecen llevarse gran parte de esta torta.

¿Se convertirá Tierra del Fuego en el nuevo Manaos? Tu opinión siempre suma al debate. Hasta el próximo post.

Publicado por Gabriel Suárez el Martes 30 de Agosto de 2011
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Comentarios de lectores (5)
16.2.2012  |  Byte
En tu comentario hay una impresisión no menor. El 3CV heredero del 2CV fue un producto creado para uso interno en la fábrica que ya venía siendo vanguardista tecnologimente hablando con coches de gama media como el "11 ligero". El 2CV fue un coche de post guerra y se lanzó al público por su bajo "costo fiscal" ya que al tener baja cilindrado pagaba muy poco impuesto, además muy demandado por una sociedad que en ese momento no estaba para lujos. Simultaneamente a ese lanzamiento Citroen tenía todo una gama de modelos de gama media y media alta que estaban a la vanguardia de la tecnología. Los Empresarios de los paises en vía de desarrollo, compraron "licencias" y "maquinarias" usadas para fabricarlos aquí. Si en tu familia había uno y se usaba más que los fines de semana, sabrás lo precario que era en cuanto a la calidad, a pesar de que todos "lo amábamos". No queremos ver una industria ensambladora orientada sólamente orientada al mercado local,con "concesiones" a la falta de calidad. Hagamos si una industria nacional de productos innovadores que podamos ofrecer al mundo por ser "únicos" en calidad, diseño y tecnología.
4.1.2012  |  CARLOS
Personalmente, no creo en la sustitución de importaciones "total". Debe hacerse en forma selectiva en aquellos ámbitos en los cuales somos competitivos. De no ser asi, los pobres pagarán precios altísimos por productos de poca calidad. Obvio que se debe fomentar la competencia para regular los precios.
30.11.2011  |  Dardo
Si tu apreciación es afirmar que Grondona es un gran periodista, -aunque no compartas su ideología- echa por tierra toda argumentación posterior. Otro tanto ocurre con Rotzichner quien descubrió que para hacer dinero con la filosofía hay que estudiar mucho y reflexionar utilizando la lógica por eso se dedicó a asesorar al PRO o dar charlas a lo Kiyosaki y a la gorra. Y hablo de datos empíricos. Si bien es cierto que muchos adscriptos a los gadget o a la informática pueden ser adictos a ideas recalcitrantes como las del golpista Grondona -Redactó la proclama de Onganía, el dictador de los bastones largos oscureciendo la ciencia y la tecnología por años- es de esperar que personas abiertas, inteligentes y con visión de futuro evite apelar a figuras que nos condujeron y nos pretenden conducir por el sendero del facilismo intelectual, la frivolidad consumista y las modas efímeras del oportunismo.
27.10.2011  |  Juan
Creo en un país evolutivo, con empresas expansivas no solo en nuestro ámbito, sino también fuera de nuestras fronteras, pero en lo que no creo es en la competencia leal, no creo en esa falsa creencia que acá todo es fabricar. Realmente es un gran DRAMA, como lo plantea el gobierno, estamos creídos que en el Sur, las “ fabricas “ , están preparando un producto competitivo para su consumo interno y no es así, la mayoría de los productos son de calidad dudosa, con grandes problemas de RMA, con costos en algunos casos mayores al de China o Taiwan, es my difícil llegar con un precio armado, donde el que tiene un negocio IT, que paga sus impuestos ( muy altos), que busca un precio competitivo, lo obligan en muchos de los casos a cerrar su negocio y por consiguiente a cerrar fuentes de trabajo. Si quieren competir desde el Sur, que compitan con las importaciones, el armado de precio en nuestro país, no tiene nada que ver con el sueldo que se le paga a un operario Chino. Pero si tiene mucho que ver, la calidad, el RMA y los tiempos de reposición de los productos.
17.9.2011  |  Sebastian Bilbao
Muy interesantes los conceptos de drama y melodrama. Creo que un gran problema que tenemos los argentinos es la falta de confianza en las políticas que aplican los gobiernos. Seguramente esto esté justificado por todas las experiencias negativas de la historia argentina. Como vendedor de informática reñiego de los negocios que pierdo por la falta de mercadería que hay actualmente por culpa de las limitaciones a las importaciones. Sin embargo no pierdo del todo la fe y trato de transmitir optimismo entre colegas y clientes porque si todos decimos que esto es negocios solo para algunos o es por corrupción, entonces es probable que terminemos siendo partícipes de una profesía autorrealizada.
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  • Gabriel Suárez es co-fundador de Canal AR. Podés conocer más sobre Gabriel en Linkedin y podés seguirlo en Twitter
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