Despidos en IT. Llegó la hora de la verdad

Escribe Jorge Nieves, Director de Innovación de Vortex

El panorama económico y el crecimiento acelerado del sector en los últimos dos años, atravesando la pandemia de Covid-19 (y a causa de ella por la aceleración de desarrollo de proyectos que fomentaron una burbuja), crearon la tormenta perfecta en una industria que parecía inmune a este tipo de movimientos laborales, pero que hoy demuestra su fragilidad luego de los despidos anunciados en varias empresas del sector, incluyendo compañías que parecían intocables.

Muchas compañías tecnológicas crecieron fuertemente durante los últimos dos años debido a las restricciones sanitarias por la pandemia de Covid-19, con fuertes inyecciones de capital y una agresiva expansión, tal es el caso de las empresas de entretenimiento digital que explotaron por el aumento de la permanencia en el hogar, de e-commerce, que crecieron de la mano de las ventas por internet para evitar el contacto social o fintechs cuyas operaciones se vieron beneficiadas de los pagos sin contacto y el retraso de los bancos en su digitalización.

Para poder responder a la alta demanda temporal, muchas de estas empresas se expandieron de manera orgánica e inorgánica; invirtiendo tanto en desarrollo como en capital humano, sin medir un factor clave: la rentabilidad real. Pocos pudieron observar que la curva de la demanda de recursos se estaba aplanando hace tiempo porque este furor desmedido no era posible de sostener sin un modelo de negocio sólido y verificado.

Muchos fueron los factores que provocaron este golpe en las empresas de base tecnológica, aunque todos llevan a la misma causa: el corte de financiamiento. Desde ya, el escenario económico mundial atentó contra el modelo: por un lado, la guerra en Ucrania obligó a que todas las previsiones económicas tuvieran que adaptarse a la nueva realidad, mientras que la profunda y acelerada subida de tasas de interés en Estados Unidos y muchos otros países para tratar de controlar el histórico aumento en el costo de la vida encarecieron el crédito, poniendo fin a la era del dinero barato al que tuvieron acceso las compañías y los inversores de alto riesgo.

Entusiasmados por la promesa de un crecimiento sin precedentes, no hubo miramientos a la hora de contratar talentos, pautar publicidad y adornar los proyectos con enormes presupuestos para buscar alcanzar a los primeros en cada categoría, especulando con que iban a mejorar los resultados, sin contar con las definiciones del negocio, la madurez y la estructura del equipo que va más allá del tema técnico. Es así que el rendimiento de un equipo sin tener estas consideraciones resulta errático, y la llegada del invierno financiero terminó de concretar el caos: despedir personal fue una de las consecuencias, pero no la única. La corrección se ve reflejada también en la merma de inversión en pauta publicitaria, que alcanza un 50% o más, y de ahí baja a toda la cadena.

Porque el dinero del financiamiento sin fin lo que hacía era maquillar estos errores conceptuales desde el negocio y permitía seguir adelante sin demasiados cuestionamientos, pero al acotarse el dinero disponible quedó en evidencia algo en lo que nadie enfocaba: la rentabilidad potencial de una empresa y un modelo de negocio maduro y responsable es lo que realmente importa.

En paralelo está el tema de las regulaciones. Cuando hay innovaciones que emergen y el mercado no está maduro para recibirlo, el tema de regulación queda en un gris, y ese defasaje provoca que el modelo de negocios sea inviable. Para adecuar normativas se necesita tiempo y dinero… y esto último es lo que está faltando.

¿Qué esperar en 2023?


Por lo pronto, tenemos que saber que veremos mucha menos actividad en el sector tecnológico en el futuro, porque mientras para algunas empresas se trata solo de un ajuste de costos, para otras representa el fin de un ciclo de frenético crecimiento.

Lo más importante es que el mercado laboral en la industria IT aún se está ajustado y la tasa de desempleo de la industria sigue siendo notablemente baja. Además, la alta demanda de perfiles laborales de la industria se mantiene, solo que ahora el mercado laboral en IT perdió la feroz competencia que ha sido característico del sector, con salarios y beneficios inflados para atraer talento. La industria necesita trabajadores de calidad que puedan adaptarse a un mercado real, donde la rentabilidad es indispensable para poder mantener los puestos de trabajo y la escalabilidad de los proyectos.

Pero nada de esto va a dar resultado si no se empieza por plantear un modelo de negocios concreto, real, sustentable, que observe la rentabilidad a largo plazo.

(*) Jorge Nieves: Director de Vortex