Big data y salud: ¿pueden los datos mejorar la toma de decisiones en el sistema?
10 de Septiembre de 2025Escribe Hernán Navas, docente de la Facultad de Ciencias de la Salud de UADE
Imaginemos un sistema de salud que no solo sea capaz de reaccionar ante las crisis, sino que las anticipe. Imaginemos un sistema capaz de prever la demanda, optimizar los recursos y mejorar la atención sanitaria antes de que lleguen las urgencias. No es un futuro lejano; ese escenario es posible gracias al análisis inteligente de los datos.
El sistema de salud actual enfrenta múltiples desafíos constantemente como la demanda creciente de servicios, los recursos limitados y la necesidad constante de mejorar la seguridad del paciente y la calidad de atención. En este contexto, el uso de grandes volúmenes de datos (big data) se presenta como una herramienta estratégica para transformar definitivamente la manera en la que se toman decisiones.
La digitalización de toda la información de salud, desde las historias clínicas hasta los registros de medicamentos, turnos, estudios e internaciones, ha generado una cantidad de datos inconmensurables. El problema es que tener datos no es lo mismo que saber utilizarlos, y aquí es donde entra en juego el análisis de big data, que permite identificar patrones, predecir necesidades y ofrecer información de valor para la toma de decisiones en tiempo real.
Por ejemplo, mediante el análisis de los datos de consultas a salas de atención primaria o servicios de emergencias, es posible anticipar brotes de enfermedades estacionales y reforzar los recursos humanos y necesidades materiales en las áreas más afectadas. O, analizando turnos y consultas, es posible detectar las causas de los cuellos de botella y rediseñar circuitos de atención para reducir los tiempos de espera. Incluso se pueden diseñar estrategias de prevención personalizadas, basadas en el perfil epidemiológico de cada comunidad en particular.
El impacto no es solo a nivel particular de una única institución; a nivel de gestión del sistema de salud como un todo, el análisis de big data permite asignar presupuestos de manera más eficiente, prever la demanda de medicamentos, planificar campañas de vacunación y gestionar la infraestructura sanitaria de forma más eficiente.
Sin embargo, para que estos beneficios puedan transformarse en realidad, es clave superar varios desafíos. La calidad de los datos, su capacidad para ser compartidos e interpretados entre los distintos sistemas de información, la protección de la privacidad de los pacientes y la capacitación de los equipos de salud, son algunos de los aspectos fundamentales para que el análisis de big data se convierta en una herramienta efectiva y no en una fuente más de complejidad en un sistema ya de por si complejo.
En la actualidad existen algunas experiencias que demuestran su potencial real. En varias ciudades del mundo, el análisis de big data ha permitido mejorar la calidad del cuidado reduciendo los tiempos de espera para la atención en salas de emergencias, aumentando las tasas de vacunación o detectando precozmente brotes de enfermedades infecciosas prevenibles. En Argentina, algunas instituciones, públicas y privadas, están comenzando a dar sus primeros pasos en este camino, apostando a integrar datos de diferentes fuentes para tomar decisiones más rápidas, precisas y basadas en evidencia.
Como toda innovación, el cambio requiere visión, estrategia y, sobre todo, confianza en que los datos pueden ser grandes aliados para construir un sistema de salud más ágil, humano y preparado para los desafíos del futuro.
La salud no puede esperar. Aprovechar el poder de los datos es una oportunidad que no deberíamos dejar pasar.
(*) Hernán Navas: Docente de la Facultad de Ciencias de la Salud de UADE